Article Categories

Capítulo 1

Presentando el Chistianismo a los Mormones Capítulo 1

Mira el indice del PRESENTANDO EL CRISTIANISMO A LOS MORMONES  por Eric Johnson

Capítulo 1: LA BIBLIA: La Revelación Especial de Dios

«Se seca la hierba, se marchita la flor,
Pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre».

Isaías 40:8

RESUMEN DEL CAPÍTULO   Conforme al mormonismo, la Biblia es verdadera sólo «en la medida en que está correctamente traducida». Si esta pretensión significa que los escribas antiguos corrompieron de forma intencional el texto bíblico, entonces la palabra «traducida» no es el término correcto. Más exacto, sería «transmitida». Aunque no existe ningún texto original de los libros del Antiguo Testamento, un descubrimiento arqueológico accidental en 1947 condujo al descubrimiento de once cuevas que contenían cientos de documentos conocidos como los Rollos del Mar Muerto. Además, los trabajos arqueológicos realizados en tierras bíblicas apoyan la idea de que las personas, lugares y acontecimientos descritos en la Biblia son históricos, no mitológicos. En definitiva, la Biblia ha sido transmitida correctamente y debería considerarse la revelación especial de Dios que le ayuda a los creyentes, a comprender la doctrina y la conducta correctas.

     Una cálida tarde de principios de verano, Dave se me acercó mientras repartía información cristiana en las afueras de la «Manzana del Templo» (Temple Square), en Salt Lake City.

     Mientras nos encontrábamos frente a frente en la acera pública, me preguntó: «¿Crees en la Biblia, con sus múltiples problemas?».

     Sin darme oportunidad de responder, continuó:

     «Nuestra iglesia ha redactado un documento llamado Artículos de Fe. En su octavo artículo, afirma: ‘creemos que la Biblia es la palabra de Dios hasta donde esté traducida correctamente’. Aunque la Biblia forma parte de nuestras escrituras, estamos plenamente conscientes de que no se puede confiar totalmente en esta».

     Me estaba citando de los «13 Artículos de Fe» escritos por José Smith que se encuentran al final de la escritura mormona, «La Perla de Gran Precio». Cuando algún versículo o pasaje bíblico ofrecido por un cristiano parece estar en conflicto con una enseñanza de los SUD, los mormones citan con frecuencia el Artículo de Fe 1:8 para contrarrestar el argumento.

     Antes de continuar, necesitaba establecer la diferencia entre los significados de traducción y transmisión.

     Le pregunté: «¿Para usted qué significa ‘traducción’?».

     Me respondió: «Es tomar palabras de un idioma y traducirlas a otro, como del español al inglés».

     «Exacto» dije. «Si es a eso a lo que se refiere, estoy de acuerdo en que una mala traducción de la Biblia, sea posible».

     Le expliqué cómo la Biblia se ha traducido al inglés en los últimos siete siglos. Los primeros que emprendieron esta enorme tarea de traducción, lo hicieron a costa de un gran esfuerzo personal, ya que los dirigentes de la Iglesia Católica Romana se oponían a que los ciudadanos del común, tuvieran acceso a la Biblia porque lo consideraban peligroso. Sólo los clérigos ordenados se consideraban capacitados para interpretar correctamente la Palabra de Dios. Mientras tanto, los que intentaban distribuir la Biblia a los ciudadanos del común eran perseguidos. Por ejemplo, John Wycliffe (1328-1384) y William Tyndale (1494-1536) fueron mártires por sus traducciones de la Biblia.1

     Aunque existen diversas y buenas traducciones al inglés, no todas son confiables. Por ejemplo, la Traducción del Nuevo Mundo (TNM) publicada por la «Watchtower Bible and Tract Society» (Testigos de Jehová) ha sido descalificada por la mayoría de los eruditos bíblicos. Una de las razones es que ninguno de los traductores de la TNM tenía un conocimiento académico de las lenguas bíblicas originales y, por lo tanto, obligaron a sus lectores a aceptar sus presuposiciones.2 Por ejemplo, como los TJ niegan la deidad de Jesús, la TNM identifica a Jesús en Juan 1:1 como «un dios» en lugar de «Dios», como hacen las versiones reconocidas.3 En Colosenses 1:16, los traductores adicionaron la palabra «otras» entre las palabras «todas las cosas» aunque esto no aparece en el original ni está sugerido en el contexto. Así se registra en la TNM: «porque por medio de él [Jesús] todas las [otras] cosas fueron creadas en los cielos y sobre la tierra  …»

     El artículo 8 pone en duda la integridad de los monjes y otros copistas del texto bíblico a lo largo de los siglos. Así, esto, más bien, es una cuestión de transmisión, no de traducción del texto bíblico. Como explicó el Apóstol mormón, Neil A. Maxwell : «Por una transmisión defectuosa, muchas ‘cosas claras y preciosas’ fueron ‘quitadas’ o ‘mantenidas’ lejos en vez de ser trasmitidas hasta que más tarde se compuso nuestra preciosa Santa Biblia».4 En 1992, la Primera Presidencia informó que, «La Biblia, como ha sido transmitida a través de los siglos, ha sufrido la pérdida de muchas partes claras y preciosas».5 

     Refiriéndose al artículo 8, el difunto profesor de la BYU Robert J. Matthews dejó claro el punto cuando escribió: «Aquí, la palabra traducida parece utilizarse en un sentido más amplio para referirse a la transmisión, lo que incluiría no sólo la traducción de idiomas, sino también la copia, edición, eliminación y adición de documentos. La Biblia ha sufrido un cambio mucho más profundo que la simple traducción de una lengua a otra».6

     Si no se puede confiar en la Biblia como afirmó José Smith debido a «traductores ignorantes, a personas descuidadas en las transcripciones de textos o a sacerdotes malintencionados y corruptos», esto presentaría un grave problema.7 ¿Cómo se pueden refutar estas acusaciones de «la pérdida de muchas partes claras y preciosas»? Ese será el tema central de los dos primeros capítulos.

PREPARANDO LA MESA

     Cuando se menciona la Biblia, los Santos de los Últimos Días generalmente entienden que se refiere a uno de los siguientes cuatro volúmenes: la Versión King James (KJV) de la Biblia, el Libro de Mormón, Doctrina y Convenios, y la Perla de Gran Precio.

     Según explica Wayne Grudem, cuando otras «escrituras» como las anteriores se añaden a la autoridad de la Biblia, el resultado siempre ha sido, (1) restar importancia a las enseñanzas de la Biblia y (2) empezar a enseñar cosas que son contrarias a las Escrituras. Se trata de un peligro del que la Iglesia debe estar consciente en todo momento».8

     Dios se ha revelado a Sí Mismo de dos formas. Primera, Él se ha manifestado a todos los seres humanos a través de lo que se denomina la revelación general o natural, la cual se tratará en el capítulo 3. Él también se nos revela a través de la llamada revelación especial, manifestada en los milagros divinos (de los que hablaremos en el capítulo 6) y en los 66 libros de la Biblia. Estos libros, de forma colectiva, fueron aceptados en una lista oficial conocida como el canon y fueron escritos:

  • en diversidad de géneros literarios: ley, poesía, historia, profecía, los evangelios, historia de la iglesia, las cartas o epístolas apostólicas y profecía apocalíptica.
  • por 40 autores
  • en tres idiomas: hebreo, griego y arameo
  • en tres continentes: Europa, Asia y África
  • con una sola historia en mente: el gran amor de Dios por el mundo

El Antiguo Testamento es aceptado tanto por judíos como cristianos. Roger Olson escribe:

«A pesar de que existe cierto debate sobre el Concilio de Jamnia, donde se reunieron los rabinos judíos en el 90 (d. C.), todo indica que allí se dieron algunos pasos importantes encaminados al proceso oficial de canonización. La Biblia judía se definió en veintidós libros inspirados: Desde el Pentateuco hasta los Profetas Menores. Posteriormente, en las Biblias cristianas, los libros del canon judío se separaron para formar un total de treinta y nueve libros independientes. Por lo tanto, y de forma general, se puede afirmar que la mayoría de los primeros padres de la iglesia de los siglos II y III aceptaba la decisión de los líderes judíos de ampliar las Escrituras inspiradas más allá del Pentateuco (Génesis a Deuteronomio), restringiéndolas así, a los veintidós (o treinta y nueve) libros de la Ley y los Profetas. De esta manera, después de los apóstoles, esta ‘Biblia’ era la usada en las primeras iglesias cristianas».9

     En el periodo intertestamentario o entre los testamentos (aprox. en el 300 a. C. hasta la época de Cristo) se escribieron quince libros de los llamados apócrifos. Entre estos tenemos: los dos libros de Esdras y Macabeos, así como el Libro de Tobías y el Libro de la Sabiduría. Estos libros nunca se consideraron parte del canon primario judío o cristiano. La Iglesia Católica Romana y en protesta a las enseñanzas de la Reforma protestante del siglo XVI, declaró, durante el Concilio de Trento (1543-1563), que 12 de los libros apócrifos eran «deuterocanónicos» o del segundo canon. Hay que señalar que Jesús se refirió al Antiguo Testamento 395 veces en los relatos evangélicos, pero ni una sola vez citó los apócrifos.10

     De forma paralela a los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento, existen otros libros denominados «evangelios gnósticos» que no son considerados escrituras inspiradas. Además de que ninguno de estos libros fue escrito dentro del primer siglo, ninguno fue citado o usado en predicaciones por los líderes cristianos respetados en los tres primeros siglos.11 Como afirma Craig Blomberg, experto en el Nuevo Testamento:

«En vista de lo que sabemos hoy, ¿existen buenas razones para incluir los evangelios gnósticos? … La mejor manera de responder a esta pregunta es invitar a los lectores a consultar los textos de estos documentos, leerlos y dejar que decidan por sí mismos. Para empezar, ninguno de ellos relata una amplia porción de la vida de Jesús. Por lo tanto, llamarlos evangelios, llevaría al error a quienes no los han leído con relación a su género literario. La mayoría de estos evangelios son largos e incoherentes discursos atribuidos a Jesús, supuestamente transmitidos en secreto a uno o varios de sus seguidores después de la resurrección. En estos, enseña sobre la naturaleza de la creación y los mundos celestiales, con todo tipo de especulaciones esotéricas de tipo cosmológico».12

     La Iglesia temprana nunca consideró seriamente la posibilidad de incluirlos en el canon. Orígenes de Alejandría declaró a principios del siglo III que había tres categorías de libros que reclamaban autoridad apostólica: 1) los que eran ampliamente reconocidos, 2) otros cuestionados por algunos, y 3) el resto que fueron rechazados de forma contundente porque enseñaban falsas doctrinas. Los libros considerados autoritativos fueron los cuatro Evangelios junto con Hechos, las 13 cartas escritas por el apóstol Pablo, 1ª Pedro, 1ª Juan y Apocalipsis. Entre los libros controvertidos, y al no poder atribuírselos a los escritores apostólicos del siglo I, figuran la Didajé, la Epístola de Bernabé, el Pastor de Hermas, la Predicación de Pedro y los Hechos de Pablo.13

          De los 27 libros actuales del Nuevo Pacto, 21 fueron aceptados en los dos primeros siglos de la Iglesia cristiana. Posteriormente y durante los siglos III y IV, los cristianos determinaron que Hebreos, Santiago, 2ª Pedro, 2ª y 3ª Juan y Judas también tenían autoridad. Hoy son canónicos los 27 libros del Nuevo Testamento que fueron reconocidos oficialmente en el Concilio de Hipona en 393 d. C. y en el de Cartago en 397 d. C. Bruce Metzger, erudito del Nuevo Testamento le dijo al periodista Lee Strobel:

«El canon es una lista de libros autoritativos más que una lista autoritativa de libros. Estos documentos no derivan su autoridad porque fueron seleccionados. Cada uno era autoritativo antes de que alguien los agrupara … Si alguien dijera ahora que el canon surgió sólo después de que los concilios y sínodos se pronunciaran al respecto, sería como decir: «Que varias academias musicales se pronuncien diciendo que la música de Bach y Beethoven es maravillosa». Diría: «¡Gracias por nada! Pero ya lo sabíamos antes de que ustedes se pronunciaran». Esto lo sabemos, porque somos sensibles a lo que es y no es buena música. Lo mismo, ocurre con el canon».14

LA AUTORIDAD DE LA BIBLIA

     Para los cristianos evangélicos, los 66 libros de la Biblia pertenecen a las Escrituras y tienen total autoridad. Ningún otro escrito diferente a estos, es considerado canónico.15 Consideremos las tres letras «i» de las Escrituras: Inspirada, Inerrante e Infalible.

     En primer lugar, la inspiración se refiere al modo en que los autores de la Biblia escribieron, conforme a la intención de Dios de comunicarse con la humanidad. Esta idea fue reconocida mientras los apóstoles vivían, incluido Pablo quien registra en Primera a los Tesalonicenses 2:13: «Por esto también nosotros sin cesar damos gracias a Dios de que cuando recibieron la palabra de Dios que oyeron de nosotros, la aceptaron no como la palabra de hombres, sino como lo que realmente es, la palabra de Dios, la cual también hace su obra en ustedes los que creen». Segunda a Timoteo 3:16-17 registra: «Toda Escritura es inspirada por Dios (la VKJ registra: «dada por inspiración de Dios») y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra».

     Cuando decimos que Dios inspiró la Biblia, no significa que de algún modo tomó la mano de cada autor obligándolo a escribir. Por el contrario, la individualidad y el estilo de cada uno de ellos son evidentes. Como explica R. C. Sproul: «Dios hizo posible que Su verdad fuera transmitida de una manera inspirada, haciendo uso de los contextos, personalidades y estilos literarios de estos variados escritores. La inspiración no se impuso ni anuló las personalidades humanas, los estilos o los métodos literarios, sino las tendencias humanas a la distorsión, la falsedad y el error»16. Como afirman Norman Geisler y Ron Brooks:

«El resultado final es que tenemos la Palabra de Dios escrita por hombres de Dios, inspirada no sólo en sus conceptos, sino en las mismas palabras utilizadas para expresar esos conceptos. Los escritores humanos no son unos simples secretarios, sino portavoces activos que expresan sus propias experiencias, pensamientos y sentimientos en lo que han escrito. No se trata simplemente de un registro de la revelación, sino de la revelación misma. Es el mensaje de Dios escrito».17

El apóstol Pedro describió cómo los profetas del Antiguo Testamento escribieron con el poder del Espíritu Santo, quien es, en última instancia, el último escritor de la Biblia (Hebreos 3:7). Segunda de Pedro 1:19-21 afirma:

«Y así tenemos la palabra profética más segura, a la cual ustedes hacen bien en prestar atención como a una lámpara que brilla en el lugar oscuro, hasta que el día despunte y el lucero de la mañana aparezca en sus corazones. 20 Pero ante todo sepan esto, que ninguna profecía de la Escritura es asunto de interpretación personal, 21 pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios».

Aunque 2ª Timoteo 3 y 2ª Pedro 1 se refieren principalmente al Antiguo Testamento, el Nuevo también se considera autoritativo. Pedro, refiriéndose a lo que Pablo escribió, afirma que lo hizo «según la sabiduría que le fue dada» (2ª Pedro 3:15). Aunque la instrucción teológica de Pablo ha podido resultar difícil de entender para algunos, en el versículo 16, Pedro escribió que estos escritos debían ser considerados con tanta autoridad como «el resto de las Escrituras». De acuerdo a Grudem:

«Primeramente, son los apóstoles quienes son habilitados por el Espíritu Santo para recordar con precisión las palabras y los hechos de Jesús y de interpretarlos correctamente para las generaciones posteriores … Así pues, los apóstoles tienen autoridad para escribir palabras que son las mismas de Dios, de igual valor y autoría que las palabras de las Escrituras del Antiguo Testamento. Su objetivo es registrar, interpretar y aplicar a la vida de los creyentes las grandes verdades sobre la vida, muerte y resurrección de Cristo.18

     En segundo lugar, la Biblia se considera la Palabra inerrante de Dios. Gleason L. Archer declaró: «Durante toda la historia de la iglesia cristiana, se ha entendido claramente que la Biblia, tal como fue dada originalmente por Dios, estaba libre de error. Con excepción de los grupos de herejes que se separaron de la Iglesia, siempre se dio por sentado que las Escrituras eran completamente autoritativas y dignas de confianza en todo aquello que afirmaban como hechos».19

     El alto concepto que tenía Jesús de las Escrituras, queda demostrado en el hecho de que una décima parte de Sus palabras en los cuatro Evangelios son citas directas del Antiguo Testamento. En el registro de Mateo 4:1-11 acerca de la tentación, Jesús hizo referencia al libro de Deuteronomio (6:13,16; 8:3) y simplemente afirmó, «Escrito está». Aportando así, apoyo histórico a relatos del Antiguo Testamento, como la creación de Adán y Eva (Marcos 10:6-8), la fe de Abraham, Isaac y Jacob (Mateo 22:32) y acontecimientos sucedidos con Moisés, incluyendo la zarza ardiente (Marcos 12:26), el maná celestial (Juan 6:31) y la serpiente de bronce (Juan 3:14). Incluso, mientras estaba en la cruz, citó los Salmos en dos ocasiones.

     Después de Su ascensión al cielo, los apóstoles de Jesús siguieron aceptando la autoridad del Antiguo Testamento, así como las palabras de Su Mesías. Esto se afirma en Romanos 3:2: «porque a ellos les han sido confiados los oráculos de Dios». En 1ª Timoteo 5:18, Pablo también escribió: «Porque la Escritura dice: «NO PONDRÁS BOZAL AL BUEY QUE TRILLA», y: «El obrero es digno de su salario». La primera cita de este pasaje, la tomó Pablo de Deuteronomio 25:4, mientras que la segunda fue lo que dijo Jesús en Lucas 10:7.20

      Finalmente, la Biblia es considerada infalible. Esto quiere decir que lo que la Biblia enseña sobre asuntos de fe y prácticas cristianas es exactamente lo que Dios quería. En el siglo XVI, cuando se llevó a cabo la Reforma Protestante, se formuló la frase Sola Scriptura («Sólo Escritura») para referirse a la primacía de la Palabra de Dios por encima de la tradición humana. Desde entonces, esta afirmación ha sido un grito de guerra para los cristianos protestantes. Martín Lutero, quien lideró a estos reformadores, al estudiar detenidamente los libros de Romanos y Gálatas, «protestaron» contra la tradición religiosa de la iglesia católica, de anteponer sus tradiciones sobre la Biblia. Antes de que Johann Gutenberg iniciara la revolución de la imprenta en 1450, muchos cristianos a lo largo de los siglos dedicaron tiempo y recursos valiosos a copiar una y otra vez los diferentes libros los cuales eran distribuidos por todo el mundo. Es preciso señalar que la inerrancia y la infalibilidad sólo se refieren a los escritos originales y no a las copias. Geisler señala con precisión:

«Se han encontrado auténticos errores en copias del texto bíblico hechos cientos de años después de los textos autógrafos. Dios sólo inspiró el texto original de las Escrituras, no las copias. En consecuencia, sólo el texto original está libre de errores. La inspiración no garantiza que todas las copias estén libres de errores, especialmente en aquellas realizadas a partir de copias existentes que habían sido copiadas anteriormente de otros manuscritos copiados. Por tanto, es lógico que los manuscritos contengan pequeños errores».21

     Quienes se oponen a la Biblia, se quejan de que los cristianos utilizan el razonamiento circular al defender la autoridad de esta («La Biblia es verdad porque esta dice que es verdad»). Lo que estos escépticos no quieren entender es, que no están obligados a argumentar de manera similar cuando consideran que la postura de ellos es razonable o lógica. Esta es su posición: «Mi autoridad final es mi razón porque esta última es razonable». O, «Mi autoridad final es mi lógica porque esta última es lógica». En situación precaria y similar, se encuentran los Santos de los Últimos Días cuando afirman: «Rezar sobre el Libro de Mormón o la religión mormona y recibir una revelación personal a través de mi rezo, es mi autoridad final porque mi testimonio es verdadero».

     Los cristianos evangélicos además de creer que la Biblia es verdadera, también aceptan su autoridad, incluida su impresionante exactitud profética (de la que hablaremos en el capítulo 6), así como su abundante historiografía en materia de manuscritos. Si bien los cristianos recurren a la Biblia para justificar lo que ellos creen, no es necesario tener fe ciega en la Palabra de Dios para llegar a esa conclusión. Le comenté a Dave que quería proporcionarle evidencias manuscritas de por qué es sensato creer en la Biblia, de modo que decidí describir el asombroso descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto en el siglo XX.

LOS ROLLOS DEL MAR MUERTO Y EL VIEJO TESTAMENTO

     Le pregunté: «¿Ha escuchado hablar de los Rollos del Mar Muerto?».

     «Por supuesto», me contestó.

     Cuando le pregunté indagando un poco más en cuanto a si comprendía el alcance de este descubrimiento, me contestó: «Muy poco».

     Entonces, una vez más le pregunté: «¿Estaría bien si le explico de este importante descubrimiento?».

     Aceptó. Así que empecé explicándole que entre 1947 y 1954 se descubrieron unos 900 manuscritos antiguos en 11 cuevas de las colinas de la costa noroccidental del Mar Muerto, en Israel. Aproximadamente una cuarta parte de los manuscritos eran copias de libros del Antiguo Testamento. El relato comienza a finales de 1946 o principios de 1947 con un adolescente beduino que afirma que buscaba una cabra perdida en la ladera de una colina. Arrojando entonces una piedra, hacia la boca de una cueva, esta produjo un ruido similar como cuando una cerámica es golpeada. Al escucharlo, el adolescente se adentró y encontró varias tinajas de arcilla de 2000 años de antigüedad que contenían siete manuscritos antiguos. Es lo que se conoce como Cueva 1.22

     Durante la década siguiente se descubrieron copias de unos 230 textos, incluidos miles de fragmentos de los 39 libros del Antiguo Testamento excepto un libro.23 Los textos bíblicos que datan del siglo II a. C. al siglo I d. C. fueron escritos sobre pergamino (piel de oveja sin curtir) y papiro (material similar al papel fabricado con juncos del río Nilo, en Egipto). Los escribas de estos textos pertenecerían originalmente a una secta judía conocida como los esenios, que vivían en esa zona.

     Algunos de los pergaminos hallados en las cuevas estaban guardados en vasijas de cerámica y envueltos en cuero. Pero la mayoría de los documentos estaban dañados por haber permanecido a la intemperie. Por ejemplo, muchos de los textos descubiertos en la Cueva 4 se habían desintegrado en aproximadamente 15.000 fragmentos. Esta cueva se descubrió en 1952 por nómadas beduinos que saquearon ilegalmente muchos de los fragmentos. Por fortuna, en esta cueva nunca encontraron el nivel inferior, que fue descubierto más tarde por los arqueólogos. El Instituto Rockefeller proveyó el dinero que se utilizó para recompensar a quienes devolvían los pequeños fragmentos, a veces, guardados en pequeñas cajas de fósforos. A lo largo de varias décadas, los eruditos han trabajado incansablemente para recomponer estos pergaminos.

La Cueva 1 de los Rollos del Mar Muerto, tal como se ve hoy en las colinas cercanas a Qumrán, en Israel. Un pastor beduino arrojó una piedra a través de este agujero y oyó cómo se rompía la cerámica que contenían dos rollos de Isaías del Antiguo Testamento. Posteriormente, la entrada del fondo fue abierta por los arqueólogos. Foto de Eric Johnson.

     De los 230 rollos bíblicos hallados en las cuevas de Qumrán, más de un tercio eran copias de los cinco primeros libros de la Biblia (Pentateuco, Torá o Ley). El más voluminoso era Deuteronomio (33 copias), seguido de Génesis (24), Éxodo y Levítico (18 de cada uno), y Números (11). Esto tiene lógica ya que estos libros son los más importantes para los judíos ortodoxos. Antes de que se descubrieran los Rollos del Mar Muerto, los manuscritos más antiguos del Antiguo Testamento eran anteriores al siglo X d. C.

     Esto significa que los rollos fechados entre el siglo II a. C. y el I d. C. acortan la distancia ¡en más de un milenio! Otros libros bíblicos populares eran los Salmos (39), Isaías (22), los profetas menores (10) y Daniel (8), todos los cuales contenían importantes pasajes escatológicos (del fin de los tiempos). Los esenios habían desarrollado una teología propia del final de los tiempos y creían que derrocarían a los saduceos, otra secta judía, que controlaba el templo de Jerusalén.

     El descubrimiento inicial en la Cueva 1 incluía dos copias completas del libro de Isaías, una de las cuales era una copia no contaminada conocida como el Gran Rollo de Isaías. El profeta bíblico incluyó muchas profecías acerca del Mesías y una clara descripción de la naturaleza de Dios en los capítulos 43 al 45. Cuando se compara el Gran Rollo de Isaías (fechado en 125 a. C.) con el texto más antiguo disponible (el Códice de Alepo de 900 d. C.), ¡ambos coinciden en un 95%! El arqueólogo Randall Price explica que, «era evidente que, salvo detalles menores (como la ortografía) que no afectan al significado del texto, los dos documentos eran casi idénticos».24

     Como la mayoría de las discrepancias o diferencias (denominadas «variantes») consisten en evidentes descuidos del escriba en el uso de la pluma, cambios ortográficos y tildes introducidas en la lengua hebrea durante el intervalo de mil años, la mayoría de los eruditos no ven ningún problema en la diferencia del 5%. Explicando cómo se producen las variantes textuales en los distintos manuscritos bíblicos, Price afirma:

«Sin embargo, podemos afirmar –y con mayor seguridad que nunca, basándonos en el testimonio de los Rollos– que nuestro texto actual es exacto y fiable, y que nada que afecte a la doctrina del texto original se ha visto comprometida o modificada de alguna manera en las copias manuscritas … Los que esperaban de los Rollos una profunda revisión de la Biblia se han visto decepcionados, pues estos textos no han hecho más que confirmar la fiabilidad del Antiguo Testamento tal como aparece en nuestras traducciones modernas».25

Gleason Archer, erudite bíblico, agrega:

«Un estudio minucioso de las variantes de los distintos manuscritos más antiguos revela que ninguna afecta una sola doctrina de la Escritura. El sistema de verdades espirituales que contiene el texto hebreo tradicional del Antiguo Testamento no se ve alterado ni comprometido en lo más mínimo por ninguna de las variantes de lecturas que se encuentran en los manuscritos hebreos … El resultado evidente es que la gran mayoría de ellas son tan insignificantes que no afectan el significado de cada una de las cláusulas doctrinales».26

     En la Cueva de las Letras, cerca de las cuevas de los Rollos del Mar Muerto, y excavada por arqueólogos entre 1960 y 1961, se encontró un pergamino que contenía los Salmos. El texto más antiguo del Salmo 22:16, fechado hacia el año 900 d. C., puede traducirse «como un león son mis manos y mis pies». Sin embargo, el pergamino de la Cueva de las Letras, muestra una ligera diferencia. Aunque las palabras tienen una ortografía muy parecida, el texto más antiguo tiene el verbo hebreo «traspasado», no el sustantivo hebreo «león», el cual no tiene sentido en ese contexto, mientras que «traspasado» es una referencia profética a la crucifixión de Jesús.

LA EVIDENCIA DE ARQUEOLOGÍA BÍBLICA ADICIONAL

     Después de haberle explicado a Dave el descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto, quise explicarle otros descubrimientos arqueológicos que arrojan luz sobre la historia de la Biblia.

     Le pregunté: «¿Ha escuchado de arqueólogos que trabajan en países como Israel, Turquía e Italia que investigan los lugares mencionados en la Biblia?».

     «Creo que sí. ¿Qué hacen exactamente?».

     «Sacan a la luz lugares bíblicos, incluidos los que se han encontrado con regularidad. Por lo general, los arqueólogos pueden determinar con precisión las fechas de lo que encuentran por medio de objetos como la cerámica y las monedas».

     Señalé cómo los tells –colinas artificiales con múltiples civilizaciones construidas una encima de otra– se encuentran por todo Israel. Por lo general, se encuentran cerca de las vías de comunicación (antiguas calzadas) y de las fuentes de agua en todo el país, dos elementos importantes para que una cultura sobreviva. Por ejemplo, Beit She’an, en el norte de Israel, es el lugar donde el cuerpo de Saúl fue colgado en el exterior de la muralla de la ciudad (1ª Samuel 31:10-12). Posteriormente fue conocida como Escitópolis, una de las diez ciudades de la Decápolis del Nuevo Testamento. En esta área se encuentran varias docenas de civilizaciones diferentes que se remontan al menos a 5.000 años atrás. Las excavaciones realizadas en docenas de tells repartidos por toda la geografía bíblica han sacado a la luz murallas, edificios y artefactos –como utensilios, puntas de flecha y platos- que han permitido a los arqueólogos comprender mejor lo que ocurrió en esos lugares.

Este tell ( artificial) de Beit She’an, en el norte de Israel, contiene más de 20 yacimientos de civilizaciones antiguas. Fotografía de Eric Johnson.

Después de esto, Dave preguntó: «¿Me está diciendo que la arqueología confirma la Biblia?»

     «Es imposible confirmar empíricamente la Biblia. Por ejemplo, no se puede probar que Jesús alimentó a 5.000 personas cerca del Mar de Galilea o que hubiera resucitado. Pero la probabilidad de estos acontecimientos aumenta cuando podemos comprobar los lugares y personajes descritos en la Biblia».

     El arqueólogo John D. Currid afirma que, «el propósito de la arqueología (y campos afines) no es demostrar la Biblia. La Biblia no necesita ser probada. Ella misma es suficiente para defenderse. La arqueología bíblica sirve para confirmar, clarificar y dar ‘terrenalidad’ a las Escrituras. Ayuda a demostrar que los hechos que se relatan en los textos bíblicos tuvieron lugar en la historia».27 Por lo tanto, la arqueología es una herramienta que ayuda a documentar las personas, los lugares y los acontecimientos descritos en las páginas de la Santa Palabra de Dios.28

     Para comprender la Biblia, el arqueólogo Joel Kramer nos ofrece una excelente ilustración:

«Para comprender mejor la relación de trabajo existente entre la Biblia y la arqueología, considere la siguiente analogía. Se encuentra un rompecabezas de quinientas piezas con solo cinco en su interior. Solo está el uno por ciento del rompecabezas, el resto de las piezas se han perdido. Esas pocas piezas son prueba importante que apoya la realidad de que en algún momento existió todo el rompecabezas. Pero ¿qué puede hacerse con solo cinco piezas de quinientas posibles? Prácticamente nada. Sin embargo, existe algo que nos puede ayudar. La tapa de la caja que se encuentra intacta muestra una imagen completa del rompecabezas. Equipados con esta imagen más amplia, podemos ver ahora, dónde encajan las cinco piezas en su contexto más amplio. En arqueología bíblica –lo que aparece de la tierra– representa el papel de la Biblia, así como la imagen en la tapa de la caja representa el rompecabezas».29

     Aunque muchos arqueólogos en Israel no creen en Dios ni en el cristianismo, estos profesionales especializados suelen utilizar la Biblia como fuente principal para comprender lo que están excavando. Concluyendo que esta es la mejor fuente disponible para interpretar sus descubrimientos.30 Aunque sólo una pequeña porción de los posibles emplazamientos bíblicos se ha excavado por completo en países como Israel, Turquía, Jordania, Grecia e Italia, la cantidad de información descubierta a lo largo y ancho de las tierras bíblicas es impresionante.

     Le indiqué a Dave mis descubrimientos bíblicos favoritos, incluidos algunos objetos, descubiertos en el siglo XX:

     La Piedra de Pilato: Descubierta en 1961 debajo del teatro de Cesarea Marítima, en la costa occidental de Israel. Esta inscripción en piedra del siglo I d. C. contiene el nombre y el título del personaje bíblico Poncio Pilato, que condenó a Jesús a la cruz (Mateo 27:2; Lucas 3:1). Junto con un anillo propiedad de Pilato encontrado en el Herodión o Herodium en 1968 e identificado en 2018. Ambos artefactos arqueológicos son los únicos descubiertos de este gobernante romano, quien, además, era insignificante.

A Pedra de Pilatos está exposta no Museu de Israel, em Jerusalém, e data cerca de 2000 anos atrás. Esta é a primeira evidência arqueológica para a figura histórica de Pôncio Pilatos, o promotor que julgou Jesus. Foto de Eric Johnson.

     El Túnel de Ezequías. En la Ciudad de David en Jerusalén y durante el reinado del rey Ezequías, unos obreros excavaron un túnel iniciando desde extremos opuestos con una longitud aproximada de 533 metros. Este túnel subterráneo se construyó hacia el año 700 a. C. antes de un ataque asirio, permitiendo que el agua de un manantial situado fuera de las murallas fluyera secretamente hacia la ciudad de Jerusalén (2º Reyes 20:20). Hace más de un siglo se descubrió un texto cincelado en el muro de piedra del extremo sur del túnel. Esta inscripción es conocida como la Inscripción de Siloé, que fue retirada y se conserva hoy en el Museo Arqueológico de Estambul (Turquía). Los turistas intrépidos que visitan la Ciudad de David pueden caminar a través del túnel chapoteando el agua a sus pies mientras pueden tocar las marcas de cincel hechas en los muros hace más de 2.700 años. 

     El Túnel de Ezequías.

     Estela de Tel Dan: Se descubrió a mediados de la década de 1990 en el norte de Israel. Esta piedra contiene una inscripción relatando un triunfo y escrita en arameo por Hazael de Aram-Damasco, importante figura de la región a finales del siglo IX a.C. Este rey se vanagloriaba de sus victorias sobre el rey de la «Casa de David». Es la primera vez que se encuentra el nombre de David en un hallazgo arqueológico, lo que demuestra que tanto Israel como Judá eran reinos importantes en esta época. El hallazgo se encuentra en el Museo de Israel de Jerusalén.

NOTA DEL TRADUCTOR: Estela:

1. f. Monumento conmemorativo que se erige sobre el suelo en forma de lápida, pedestal o cipo. (https://dle.rae.es/estela?m=form).

     El Estanque de Betesda: En este lugar de la antigua ciudad de Jerusalén, Jesús sanó a un paralítico (Juan 5:2-17). La piscina, situada a poca distancia de la Puerta de las Ovejas, se excavó en 1956.

     El Pozo de Jacob: Excavado originalmente por el patriarca Jacob (Génesis 33:18-19; 48:22), está localizado en la Ribera Occidental de Israel: Aquí, Jesús habló con la mujer samaritana en Juan 4. Todavía se extrae agua dulce y puede visitarse en el sótano de una moderna iglesia griega ortodoxa situada en la ciudad moderna de Nablus.

     Magdala: Antigua ciudad cerca de la orilla del Mar de Galilea en Israel, justo al norte de la ciudad de Tiberíades. Era la ciudad natal de María Magdalena, mujer cercana a Jesús (Lucas 8:1-3; Juan 19:25; 20:11-18). En Israel, los constructores antes de iniciar cualquier excavación, los arqueólogos tienen la obligación legal de registrar el terreno. Es así, como en el año 2009, la Iglesia Católica Romana al disponerse a construir un centro de retiros en este hermoso lugar, los arqueólogos encontraron unas ruinas. Con gran sorpresa, se descubrió bajo tierra una ciudad judía con 2.000 años de antigüedad y una sinagoga que, según los estudiosos, debió ser conocida por Jesús. Los descubrimientos arqueológicos en Israel son frecuentes y ¡confirman la historia de la Biblia!

     Los nombres son otro indicador de que en la Biblia se mencionan personas y lugares reales. Consideremos a Lucas, el autor del evangelio y de Hechos, que proporcionó muchos detalles en sus escritos: «Poco antes de que Jesús naciera, Augusto, emperador de Roma, mandó hacer un censo, es decir, una lista de toda la gente que vivía en el Imperio Romano. 2 En ese tiempo, Quirinio era el gobernador de Siria, y fue el responsable de hacer este primer censo en la región de Palestina» (Lucas 2:1-2 – Traducción en lenguaje actual – TLA). Este es el único lugar donde se menciona a Quirinio. El historiador judío Josefo registró que había estado a cargo de un censo entre el 6 al 9 d.  

     ¿Se equivocó Lucas? La evidencia arqueológica, que incluye información de una moneda antigua, muestra cómo un «Quirino» ejerció como gobernador desde el año 11 a. C. hasta la época de Herodes. Los eruditos debaten si se trataba de un segundo hombre llamado Quirino o del mismo que fue gobernador en dos momentos diferentes. En cualquier caso, Quirino era el gobernador en ese momento, por lo que Lucas estaba en lo cierto y su informe es preciso.

     Otro ejemplo que apoya la historicidad del relato de Lucas se encuentra en Hechos 18:12-17, donde Pablo compareció ante Galión, el procónsul de la región de Acaya, hacia el año 51 d. C. A principios del siglo XX, en el templo de Apolo en Delfos (Grecia), los arqueólogos descubrieron nueve fragmentos de una carta escrita por el emperador romano Claudio en el año 52 d. C. Conocida como la Inscripción de Delfos o de Galión –un fragmento escrito en griego koiné– menciona al procónsul Galión, lo que se ajusta perfectamente a la cronología de Hechos 18. En lugar de mostrarse como un impostor, Lucas describió con precisión la situación histórica de su época.31

¿SUCEDIÓ EL ÉXODO?

     Con frecuencia, los escépticos señalan la falta de pruebas de la desaparición durante 40 años de más de un millón de personas en la época del Éxodo.

La sinagoga de Magdala descubierta cerca del Mar de Galilea en 2009. Fotografía de Eric Johnson.

     ¿Podría siquiera ser razonable pensar que alguna prueba hubiera podido sobrevivir? Un total de 3.400 años de arena en el desierto imposibilitan la arqueología. Aparte, en aquella época los israelitas eran nómadas y nunca se quedaban en un lugar el tiempo suficiente para construir algo o dejar huellas de su estadía. Sin embargo, la arqueología puede demostrar que hubo un éxodo durante la segunda mitad del siglo XV a. C. Consideremos sólo cuatro descubrimientos de Egipto detallados por el arqueólogo bíblico Titus Kennedy:

     El Papiro de Brooklyn: Un papiro del siglo XVII a. C., uno o dos siglos antes del Éxodo, contiene nombres de sirvientes hebreos. La lista mostraba que los hebreos si vivían en Egipto antes del Éxodo. Nota

     La Tumba de Rekmire o Rejmira: Un mural de la época del Éxodo en 1450 a. C. descubierto en Egipto muestra ladrillos fabricados con barro y paja. Otro texto conocido como el Rollo de Cuero del Louvre muestra cómo se exigía la fabricación de un determinado número de ladrillos incluso con falta de materiales o se castigaba a los esclavos.

     Nómadas de YHWH: Las inscripciones jeroglíficas datan del 1400 a. C. y describen la «tierra de los nómadas de YHWH», las pruebas más antiguas de Yahvé, el nombre más íntimo de Dios. Estaban escritas en las paredes de dos templos egipcios diferentes, así como en un pilar del templo, y mostraban que los únicos que adoraban a Yahvé eran los israelitas.

La inscripción de Galión en el museo de Delfos, Grecia. Fotografía de Eric Johnson.

     La Estela de Merneptah: Este monumento egipcio de piedra de tres metros de altura, fechado en 1219 a. C., contiene 28 líneas de jeroglíficos que describen las campañas militares del faraón Merneptah. En la estela hay una sección que deletrea «Israel» en jeroglíficos egipcios refiriéndose a un grupo de personas, no a un país. Según Kennedy, los israelitas conquistaron la tierra de Canaán tras el peregrinaje por el desierto, tal y como lo detallan Josué y Jueces.32

     Resulta sensato creer que se produjo un éxodo de 40 años del pueblo de Dios. Por supuesto, se requiere fe para algunos acontecimientos bíblicos (como las historias que implican milagros), pero hay muchas evidencias que hacen razonable la creencia en las personas y los lugares bíblicos. Teniendo todo esto en cuenta, el Libro de Mormón no tiene nada que se aproxime a los testimonios históricos tan abundantes que apoyan la historicidad de la Biblia. Disfruto guiando viajes anuales a las tierras de la Biblia. Desde 2009 he llevado a más de 500 peregrinos a lugares en Israel, Jordania, Egipto, Turquía, Grecia e Italia en más de una docena de viajes. Como me dijo un viajero: «Antes leía la Biblia en blanco y negro, ¡pero ahora la leo en colores vivos!».

     En el siguiente capítulo, continuaremos la conversación con Dave sobre las copias del Nuevo Testamento, los cambios realizados en la Biblia y las posibles contradicciones bíblicas. También hablaremos de la ilustración del «juego del teléfono» que suele utilizarse para criticar la redacción y posterior escritura de la Biblia. Para defender el cristianismo es fundamental comprender la veracidad de la Palabra de Dios.

PREGUNTAS DE DISCUSIÓN

  1. El octavo Artículo de Fe dice que la Biblia es verdadera «en la medida en que ha sido traducida correctamente». ¿Por qué la palabra transmitida es más precisa que traducida a la hora de describir cómo se transmitió el texto a lo largo de los siglos? ¿Por qué es importante hacer esta distinción?
  2. ¿Cuál es la diferencia entre «inerrancia» e «infalibilidad»?
  3. ¿Cuáles son los Rollos del Mar Muerto? ¿Y cuáles las razones por las que han resultado tan valiosos para los estudiosos a la hora de determinar la exactitud del Antiguo Testamento?
  4. ¿Cómo puede la arqueología bíblica apoyar el relato de las personas, lugares y acontecimientos descritos en la Biblia? ¿Tiene algún descubrimiento arqueológico favorito? (No es necesario que aparezca en el capítulo.) ¿Qué importancia cree que tiene ese descubrimiento en particular?
  5. Un crítico podría argumentar que no hay pruebas de que el Éxodo fuera dirigido por Moisés. ¿Es eso cierto?

CAPÍTULO 1 – LA BIBLIA: LA REVEACIÓN ESPECIAL DE DIOS

  1. En la actualidad, «Wycliffe Bible Translators» (https://www.wycliffe.org/blog/posts/por-que-traducir-la-biblia), es una organización misionera cristiana, que intenta traducir la Biblia al mayor número posible de idiomas. Según esta organización, existen al menos 7.000 lenguas en el mundo, pero la Biblia completa se ha traducido a menos de una décima parte de éstas. Cerca de un tercio de los idiomas del mundo carecen de una parte de la Palabra de Dios. Esto significa que unos dos mil millones de personas no tienen acceso a ninguna parte de la Biblia en su lengua materna.
  2. Un valioso artículo sobre este tema puede encontrarse en namb.net/apologetics/resource/the-new-world-translation-of-the-holy-scriptures-the-jehova-s-witnesses-bible/.
  3. Para una explicación general de cómo interpretan los Testigos de Jehová Juan 1:1, visite, carm.org/jehovahs-witnesses/ john-11-the-word-was-a-god. Para un artículo académico de 2014 titulado «Jehovah’s Witnesses and John 1:1: New Evidence Advances the Discussion» de Brian J. Wright y Tim Ricchuiti, visite, equip.org/ article/jehovahs-witnesses-john-11-new-evidence-advances-discussion.
  4. Neal A. Maxwell, «The Wondrous Restoration», Ensign, abril de 2003, 35. Para otras enseñanzas de los SUD sobre la Biblia, visite mrm.org/bible-quotes
  5. Ezra Taft Benson, Gordon B. Hinckley, y Thomas Monson, «Letter Reaffirms Use of King James Version of Bible», Church News, 20 de junio de 1992, 3.
  6. Robert J. Matthews, A Bible! A Bible! (Salt Lake City, UT: Bookcraft, 1990), 72. Cursivas en el original.
  7. Joseph Fielding Smith, ed., Enseñanzas del Profeta José Smith (en inglés, Teachings of the Prophet Joseph Smith) (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1977), 327.
  8. Wayne Grudem, Teología Sistemática: Una Introducción a la Doctrina Bíblica (en inglés, Systematic Theology: An Introduction to Biblical Doctrine) (Grand Rapids, MI: Zondervan Academic, 1994), 132. La mayoría de los errores en el mormonismo provienen de 1) los líderes de los SUD quienes le restan importancia a la autoridad / fiabilidad de la Biblia; 2) la mala interpretación de los textos bíblicos; y 3) el énfasis en apelar a escrituras adicionales.
  9. La elipsis es mía.
  10. Grudem, Teología Sistemática, 57.
  11. William Lane Craig, El Hijo Resucita: La Evidencia Histórica De La Resurrección De Jesús (en inglés, The Son Rises: The Historical Evidence for the Resurrection of Jesus)(Eugene, OR: Wipf & Stock Publishers, 2001), 34.
  12. Craig L. Blomberg, Can We Still Believe the Bible? An Evangelical Engagement with Contemporary Questions (Grand Rapids, MI: Brazos Press, 2013), 68. La elipsis es mía. Los eruditos liberales suelen aceptar el Evangelio copto de Tomás, en el que aparecen 114 dichos atribuidos a Jesús, a pesar de que fue compuesto en el siglo II d. C. Blomberg expone en las páginas 71-74 las razones por las que este libro fue rechazado por los primeros cristianos, y concluye en la página 81 que este evangelio «merece un estudio minucioso, pero tras dicho estudio queda claro que no pertenece al canon».
  13. ibíd., 67. Cursivas en el original.
  14. Lee Strobel, El Caso de Cristo: Una investigación personal de un periodista de la evidencia de Jesús (en inglés, The Case for Christ: A Journalist’s Personal Investigation of the Evidence for Jesus) (Grand Rapids, MI: Zondervan Publishing, 1998), 90. La elipsis es mía.
  15. En general, y en conversaciones con mormones, recomiendo no usar la palabra «escritura» para referirse a la Biblia. Más bien, use «Biblia» para ser claro.
  16. R. C. Sproul, ¿Puedo Confiar en la Biblia? (en inglés, Can I Trust the Bible?) (Sanford, FL: Reformation Trust Publishing, 2017), 19.
  17. Norman Geisler y Ron Brooks, Cuando los Escépticos Pregunten: Un Manual de Evidencias Cristianas (en inglés, When Skeptics Ask: A Handbook on Christian Evidences (Wheaton, IL: Victor Books, 1990), 146.
  18. Grudem, Teología Sistemática, 60-61. La elipsis es mía.
  19. Gleason L. Archer, Enciclopedia de Dificultades Bíblicas (en inglés, Encyclopedia of Bible Difficulties (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1982), 19. Italics mine. For more on the topic of inerrancy, see «Why Inerrancy of the Bible Is So Important to Evangelical Christians» at mrm.org/bible-inerrancy.
  20. Muchos eruditos creen que 1ª Timoteo se escribió a mediados de la década del 60 d. C., pocos años antes de que Lucas escribiera su Evangelio.
  21. Norman L. Geisler, Enciclopedia Baker de Apologética Cristiana (en inglés, Baker Encyclopedia of Christian Apologetics) (Grand Rapids, MI: Baker Books, 1999), 79.
  22. Los arqueólogos identifican las 11 cuevas utilizando el número cronológico en el que se descubrió cada una. Así, la cueva 1 es la primera y la 11 la última. Se han descubierto otras cuevas, pero los manuscritos que se ocultaban en su interior han desaparecido.
  23. Ningún ejemplar del Libro de Ester se descubrió al interior de las cuevas, aunque se localizó una sección de un comentario sobre este libro.
  24. Randall Price, Secrets of the Dead Sea Scrolls (Eugene, OR: Harvest House Publishers, 1996), 127.
  25. Ibíd., 145-146. Cursivas en el original. La elipsis es mía.
  26. Gleason Archer, Reseña Crítica de Una Introducción Al Antiguo Testamento (en inglés, A Survey of the Old Testament) (Chicago, IL: Moody Press, 1994), 25. La elipsis y la cursiva son mías.
  27. Joel P. Kramer, Where God Came Down: The Archaeological Evidence (Brigham City, UT: Expedition Bible, 2020), 8.
  28. Un ejemplo es Shimon Gibson, un respetado y conocido arqueólogo bíblico israelí al que conocí en un viaje a Israel en 2013. Ha participado en muchas excavaciones importantes del Nuevo Testamento en diversos lugares israelíes, como Jerusalén y Belén. Gibson escribió un libro titulado The Final Days of Jesus: The Archaeological Evidence (Nueva York: Harper One, 2010), aunque sigue siendo un agnóstico que niega la deidad de Jesús.
  29. En las páginas 256-259 de su libro No basta mi fe para ser ateo (en inglés, I Don’t Have Enough Faith to Be an Atheist) (Wheaton, IL: Cross- way, 2004), Norman Geisler y Frank Turek proporcionan 84 datos diferentes sobre cómo Lucas, en el Libro de los Hechos, representó con precisión el mundo romano del siglo I a pesar de no tener acceso a mapas o cartas náuticas modernas. Por ejemplo, conocía «el título correcto de grammateus (El hombre de la letra o de la ley) para el primer magistrado ejecutivo en Éfeso (Hechos 19:35)» y «que Félix era gobernador en ese momento (Hechos 23:24)».
  30. Titus Kennedy, Unearthing the Bible: 101 Archaeological Discoveries that Bring the Bible to Life (Eugene, OR: Harvest House Publishers, 2020), 48-61. Kennedy enumera varios otros descubrimientos en Egipto que apoyan aún más la historicidad del pueblo hebreo que salió de dicha nación.
  31. En las páginas 256-259 de su libro No basta mi fe para ser ateo (en inglés, I Don’t Have Enough Faith to Be an Atheist) (Wheaton, IL: Cross- way, 2004), Norman Geisler y Frank Turek proporcionan 84 datos diferentes sobre cómo Lucas, en el Libro de los Hechos, representó con precisión el mundo romano del siglo I a pesar de no tener acceso a mapas o cartas náuticas modernas. Por ejemplo, conocía «el título correcto de grammateus (El hombre de la letra o de la ley) para el primer magistrado ejecutivo en Éfeso (Hechos 19:35)» y «que Félix era gobernador en ese momento (Hechos 23:24)».
  32. Titus Kennedy, Unearthing the Bible: 101 Archaeological Discoveries that Bring the Bible to Life (Eugene, OR: Harvest House Publishers, 2020), 48-61. Kennedy enumera varios otros descubrimientos en Egipto que apoyan aún más la historicidad del pueblo hebreo que salió de dicha nación.

FUENTES RECOMENDADAS

Recursos Para Principiantes

Josh and Sean McDowell, Inspirada por Dios: El Poder y la Veracidad Innegables de la Escritura (en inglés, Inspired: Experience the Power of God’s Word [Eugene, OR: Harvest House Publishers, 2011]).

Lee Strobel, El Caso de Cristo: Una Investigación Personal de un Periodista de la Evidencia de Jesús (en inglés, The Case for Christ: A Journalist’s Personal Investigation of the Evidence for Jesus [Grand Rapids, MI: Zondervan, 1998]).

Recursos Para el Nivel Intermedio

Titus Kennedy, Desenterrar la Biblia: 101 descubrimientos arqueológicos que dan vida a la Biblia (en inglés, Unearthing the Bible: 101 Archaeological Discoveries that Bring the Bible to Life [Eugene, OR: Harvest House Publishers, 2020]).

Randall Price, Secrets of the Dead Sea Scrolls (Eugene, OR: Harvest House Publishers, 1996).

Joel P. Kramer, Where God Came Down: The Archaeological Evidence (Brigham City, UT: Expedition Bible, 2020).

Recursos Avanzados

Craig L. Blomberg, ¿Podemos seguir creyendo la Biblia?: Un compromiso evangélico con
preguntas contemporáneas
(en inglés, Can We Still Believe the Bible? An Evangelical
Engagement with Contemporary Questions
(Grand Rapids, MI: Brazos Press, 2013).

Para Presentando el Chistianismo a los Mormones indice clic aquí

Para ver más artículos en Español, clic aquí

Share this

Check out these related articles...