El siguiente artículo fue derivado del capítulo 27 del libro más reciente de Bill McKeever y Eric Johnson Answering Mormons’ Questions: Ready Responses for Inquiring Latter-day Saints (Kregel, 2013). Haga clic en el link para ordenar directamente de Amazon.
Los Santos de los Últimos Días generalmente creen que su habilidad de discernir la verdad doctrinal viene a través de un “testimonio personal,” que también es conocido como el “ardor del pecho.” Hay varios distintos pasajes que los Mormones utilizan referente a esto, pero el más prominente es Santiago 1:5 en el Nuevo Testamento. Este versículo fue fundamental para el fundador del Mormonismo José Smith, quien asegura que le oró a Dios por sabiduría cuando tenía 14 años. Santiago 1:5 dice,
“Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.”
El recuento oficial de la Primera Visión dice que la oración de Smith fue contestada en 1820 mientras se arrodillaba en el bosque cerca de su casa en Nueva York. Ubicado en el último capítulo del Libro de Mormón, Moroni 10:4 es referenciado frecuentemente por los misioneros Mormones. Dice,
“Y cuando recibáis estas cosas, quisiera exhortaros a que preguntéis a Dios el Eterno Padre, en el nombre de Cristo, si no son verdaderas estas cosas; y si pedís con un corazón sincero, con verdadera intención, teniendo fe en Cristo, Él os manifestará la verdad de ellas por el poder del Espíritu Santo.”
Al investigador se le dice que a través de la oración, Dios ayudará a que una persona entienda que el Mormonismo sea verdad. Doctrina y Convenios 9:8 declara,
“Pero he aquí, te digo que debes estudiarlo en tu mente; entonces has de preguntarme si está bien; y si así fuere, haré que tu pecho arde dentro de ti; por tanto, sentirás que está bien.”
Mientras varían los testimonios de los Mormones, muchas veces son muy parecidos y a menudo suenan como lo siguiente: “Yo testifico que José Smith fue profeta de Dios, que el Libro de Mormón es una historia verdadera del antiguo América, y que la iglesia restaurada de Cristo es guiada por el profeta vivo y verdadero.” Aun al ser confrontado con información que es contraria a su sistema de creencia, muchos Mormones permanecen firmes en su fe al aferrarse a sus sentimientos subjetivos.
Tad R. Callister, miembro de la Presidencia de los Setenta, contó esta historia al terminar una conferencia general:
Hace algunos años, asistí a uno de nuestros servicios de adoración en Toronto, Canadá. En ella discursó una joven de 14 años. Dijo que había estado hablando de religión con una de sus amigas en la escuela. Su amiga le preguntó: “¿De qué religión eres?”. A lo que contestó: “Soy de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, o mormona”. “Conozco esa iglesia y sé que no es verdadera”, le dijo su amiga. “¿Cómo lo sabes?”, le preguntó. “Porque la he investigado”, respondió. “¿Leíste el Libro de Mormón?” “No, no lo leí”, le dijo. A lo que la dulce jovencita respondió: “Entonces no has investigado mi Iglesia, porque yo he leído cada página del Libro de Mormón y sé que es verdadero” (“The Book of Mormon—A Book from God,” Ensign, Noviembre 2011, 76.)
Note cómo los sentimientos subjetivos de la niña Mormona tienen más peso que las investigaciones de su amiga. En esta historia ¿preguntó la niña Mormona qué era lo que su amiga había encontrado? Callister no lo dice. La conclusión es que es, de alguna manera, heroico permitir que los sentimientos tengan prioridad sobre la investigación.
Establecer los Parámetros de la Prueba
Mientras es importante ser respetuoso con nuestros amigos Santos de los Últimos Días y no minimizar sus experiencias, debemos señalar que las reglas han sido manipuladas puesto que la petición solo permite una respuesta. Después de todo, el investigador que rechace la invitación de orar puede ser acusado de no creer en la oración. Por el otro lado, los que deciden orar pero no reciben la respuesta “correcta” probablemente serán considerados como no de corazón sincero, verdadera intención, o fe adecuada. Entonces “¿debería de funcionar siempre la promesa de Moroni” para aquel que “no haya recibido un testimonio de su veracidad?”
Daniel Ludlow, el director del Comité SUD de Correlación de la Iglesia, confirma esta sospecha:
Dios no miente ni lo puede hacer, y sus promesas hechas a través de sus profetas son seguras. Por lo tanto, cualquier persona que ha seguido los requisitos pero afirma no haber recibido un testimonio debe examinar y determinar cuál paso no haya cumplido fielmente o completamente:
1. Debe de leer y meditar en el Libro de Mormón – todo el libro.
2. Debe recordar la manera en que Dios ha tratado a su pueblo tanto en el Libro de Mormón, como en la Biblia – y meditarlo en el corazón.
3. Debe encontrarse en una mentalidad en la que esté dispuesto a aceptar (recibir) todas “estas cosas” – el Libro de Mormón, la Biblia, y la manera en que Dios trata a los hombres.
4. “Con un corazón sincero, verdadera intención, y teniendo fe en Cristo” debe pedirle a Dios, el Padre Eterno, en el nombre de Jesucristo “si son verdaderas estas cosas.”
5. Debe poder reconocer los dictados y sentimientos que le serán evidencia a la verdad de “estas cosas” (incluyendo el Libro de Mormón) de manera que le son manifestados “por el poder del Espíritu Santo.”
Los misioneros Mormones poseen una ventaja psicológica cuando alguien acepta su desafío. Después de todo, el investigador puede eventualmente obtener la respuesta “correcta” como resultado de querer complacer a los misioneros, a familiares cercanos o amigos que han llegado a la misma conclusión. Por un lado, los buenos sentimientos de uno pueden triunfar, aunque el objeto de la oración sea falso.
Hay que notar que José Smith ignoró el contexto inmediato de Santiago 1:5, que habla de obtener la sabiduría, no el conocimiento. La sabiduría es la aplicación del conocimiento. En este versículo, Santiago le aconseja a su audiencia Cristiana a pedirle a Dios sabiduría al pasar por pruebas y tentaciones, no para poner a prueba varias proposiciones de la verdad. (Vea Santiago 1:3-4, 12-15 para poder comprender el contexto.) Primero de Juan 4:1 les dice a los creyentes que deben “someter a prueba [comprobar] a los espíritus.” ¿Por qué? Porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. Los de Berea en Hechos 17:11 fueron considerados más nobles porque “examinaron las escrituras diariamente” y comprobaron las palabras de Pablo con lo que Dios ya había revelado. En otras palabras, los Cristianos deben comprobar toda proposición de la verdad con la Biblia, no con experiencias subjetivas, aun cuando éstas involucren una “visión” sobrenatural.
Cuando un amigo Mormón sugiere Moroni 10:4 en una conversación, puede preguntarle a esta persona si sus sentimientos siempre han sido acertados. En algún momento, a todos nosotros nos han engañado los sentimientos, no importando cuán sincero hayamos sido. Por ejemplo, los Mormones creen que el matrimonio no sólo es por la vida, sino también por la eternidad. ¿Debemos asumir que las muchas parejas Mormonas que se han divorciado no oraron acerca de sus relaciones de antemano? Seguramente conocer información acerca de la otra persona podría haber expuesto problemas potenciales de comportamiento – tales como la adicción a las drogas, adicción sexual, asuntos de pornografía, apatía interna hacia Dios, o enojo reprimido – esto habría ayudado a tomar una decisión más informada.
Sin embargo, ¿cuántos Mormones deben haber “sentido” la aprobación de Dios en relaciones que desde el principio fueron destinadas a la tragedia? La Biblia deja muy claro que los sentimientos subjetivos pueden ser engañosos. Jeremías 17:9 dice, “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” Proverbios 14:12 advierte, “Hay camino que al hombre le parece derecho,
pero es camino que lleva a la muerte,” mientras Proverbios 28:26 agrega que solo los necios confían en su corazón. Como todos somos seres pecaminosos, es posible ser llevado por las emociones y los deseos. Creer que algo sea verdad meramente porque uno haya sentido que sea verdad no es garantía de la verdad. Jesús les mandó a Sus seguidores en Marcos 12:30 a amar a Dios “con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.” Éste es el principal mandamiento.”
Pablo explica en 2 Timoteo 2:15 dice que el creyente debe hacer el esfuerzo de estudiar para poder comprender correctamente la verdad. En el siguiente capítulo (3:16–17), agrega que toda Escritura es dada por inspiración de Dios y es “útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” para que el hombre o la mujer de Dios puedan ser competentes y equipados para hacer buenas obras. Los Cristianos son mandados en 1 Tesalonicenses 5:21 a “Examinarlo todo y retener lo bueno.” Mientras es cierto que la fe no requiere de creer en las cosas que no se pueden comprobar, sería necedad creer en algo que ya haya sido comprobado como falso. Si la Biblia refuta una reclamación de una verdad espiritual, debe ser rechazada.
Si orar acerca del Libro de Mormón es el medio de encontrar la verdad, ¿debemos de aplicar esto a otros libros religiosos? Es curioso que pocos Mormones han tomado el tiempo y el esfuerzo de leer (y orar acerca de) las escrituras de otras religiones. Si utilizamos este razonamiento, que la gente debe leer y orar acerca de la escritura Mormona, entonces ¿por qué las escrituras de cada religión – tal como el Curan (Islam), las Vedas y la Bhágavad Guitá (Hinduismo), y la Tripitaka (Budismo) – no se deben de leer y contemplar a través de la oración? ¿Cómo puede el Mormón tener la certeza del Mormonismo hasta que haya probado personalmente todas las religiones de esta forma?
Aunque ciertamente debemos utilizar la oración para guiarnos en nuestra búsqueda de la verdad, no debe ser la única prueba definitiva. Es de esperar que la oración nos guiará a la información que necesitamos para poder tomar una decisión informada y adecuada.
Traducción al Español
Bethany Ríos-Martínez
MRM ofrece un guía gratuito de estudio en inglés con el libro Answering Mormons’ Questions que puede ser útil para el líder de un estudio del libro en grupo. Vea aquí.
Para ver más artículos, haga clic aquí