Mira el indice del PRESENTANDO EL CRISTIANISMO A LOS MORMONES por Eric Johnson
«Durante muchos años, ha existido una tremenda necesidad de un libro que explique el evangelio bíblico de la gracia a las personas en la IJSUD que están en el proceso de transición para salir de su fe mormona; los cuales, con corazones esperanzados y tiernos, buscan la Verdad misma. Con el conocimiento de un experto en la Biblia y un enfoque amoroso para compartir la Verdad, Eric Johnson ha cubierto esta necesidad. Por muchos años, debería ser un estándar en la introducción de la Verdad bíblica a los SUD».
Dr. Lynn Wilder
Autor de, «Unveiling Grace: The Story of How We Found Our Way out of the Mormon Church» (Gracia Revelada: La Historia de Cómo Encontramos Nuestro Camino para Salir de la Iglesia Mormona).
«’Introducing Christianity to Mormons’» (Presentando el cristianismo a los mormones) es un libro único. Eric ha estudiado y enseñado las creencias cristianas durante años, comprendiendo claramente el corazón de las doctrinas fundamentales. Además, ha pasado su vida estudiando la Iglesia de los SUD y relacionándose con los mormones, por lo que presenta las creencias cristianas de una forma respetuosa y comprensible. A partir de ahora, este será el primer libro que recomendaré para aquellos con un trasfondo mormón que quieran entender las enseñanzas cristianas».
Sean McDowell, PhD
Profesor de la Universidad de Biola, coautor de «Evidencia que demanda un veredicto» y «Más que un carpintero».
«A medida que pasan los años, las distinciones entre el cristianismo y la Iglesia de los SUD son cada vez más confusas. La mayoría de sus miembros contemporáneos consideran el mormonismo como una denominación cristiana, a pesar de que sus fundadores nunca lo habrían descrito de esa manera. Ahora más que nunca, necesitamos una guía que nos ayude a comprender las diferencias y comprometer a nuestros amigos, los SUD con compasión y verdad. Por esto este libro es tan oportuno. Nadie hace un mejor trabajo que Eric cuando se trata de entender las diferencias, centrándose en lo fundamental, y llegar con amor y premura a los mormones. Si conoces mormones, deja que este libro te prepare y guíe en cada paso del camino».
J. Warner Wallace
Detective de casos sin resolver. Autor de Cold Case Christianity
«¿Ha tratado de compartir su fe con un amigo mormón (SUD) sólo para salir confundido del debate? El libro de Eric ofrece al cristiano grandes ideas sobre las creencias mormonas, además de guías para debates más significativos».
Sandra Tanner
Cofundadora de Utah Lighthouse Ministry, coautora de «Mormonismo: Sombra o Realidad».
«Cuando se comparte la fe cristiana con miembros de la Iglesia de JSUD, siempre es fundamental utilizar un lenguaje preciso. A menudo, los cristianos han expresado frustración cuando su contraparte mormona quiere mostrarles que tienen pocos desacuerdos con lo que los cristianos han creído históricamente, a pesar de que una de las enseñanzas fundamentales de ellos, es que la iglesia de Cristo cayó en un completo estado de apostasía después de la muerte de los apóstoles de Jesús. Eric Johnson atraviesa esta niebla teológica y ofrece información que facilitará conversaciones eficaces».
Bill McKeever
Director del «Ministerio de Investigación del Mormonismo» (Utah), coautor de «Respondiendo a las preguntas de los mormones»
«Hacía tiempo que sentía la necesidad de un libro que tuviera en cuenta las creencias y el lenguaje de la IJSUD a la hora de explicar el correcto mensaje del cristianismo. Eric Johnson ha creado ese libro. Ha combinado la claridad teológica y un estilo de escritura lúcido con su amplia experiencia hablando con mormones para producir un recurso que regalaré a menudo».
Ross Anderson
Autor de, «Understanding Your Mormon Neighbor». Director ejecutivo de, «Utah Advance Ministries»
«Ojalá hubiera tenido este libro cuando empecé en el ministerio en Utah. Regalaré muchos de sus ejemplares. Será de gran ayuda para quienes no entienden las diferencias entre la religión que encuentra su origen en las enseñanzas de José Smith y el cristianismo tradicional; para quienes están abandonando alguna forma de mormonismo por el cristianismo, y para los cristianos que viven y sirven en comunidades mormonas».
Loren Pankratz, PhD
Pastor principal, «The Bridge Community», Centerville, Utah
«Eric Johnson nos ofrece en este libro una joya polifacética. Desde un punto de vista, es un manual articulado para la fe cristiana histórica. Desde otro, proporciona a los cristianos los recursos para anticiparse y responder a las preguntas y objeciones comunes de los Santos de los Últimos Días. Y aun, desde otro ángulo, un Santo de los Últimos Días podría encontrar el material como agradable y conversacionalmente polémico sobre lo fundamental del cristianismo. La verdad y la gracia marchan al unísono a través de sus páginas. Como pastor y teólogo en la zona de los Santos de los Últimos Días, lo recomiendo de todo corazón».
Dr. Bryan Hurlbutt
Pastor principal, Lifeline Community, West Jordan, Utah
PRESENTANDO
EL CRISTIANISMO A LOS MORMONES
ERIC JOHNSON
A menos que se indique lo contrario, todas las citas de las Escrituras están tomadas de la Biblia ESV® (The Holy Bible, English Standard Version®), copyright © 2001 de Crossway, un ministerio editorial de Good News Publishers. Usada con permiso. Todos los derechos reservados.
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Introducing Christianity to Mormons
Copyright © 2022 por Eric Johnson.
Publicado por Harvest House Publishers
Eugene, Oregon 97408
www.harvesthousepublishers.com
ISBN 978-0-7369-8549-9 (pbk.)
ISBN 978-0-7369-8550-5 (eBook)
Número de control de la Biblioteca del Congreso: 2022931413
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Impreso en los Estados Unidos de América
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Durante más de tres décadas, mi esposa me ha apoyado
en los esfuerzos del ministerio y nunca se ha quejado. Gracias, Terri Lynn, por tus muchos sacrificios, así como por tu ánimo
para terminar este proyecto. ¡Te amo!
RECONOCIMIENTOS
Muchas personas me ayudaron tremendamente en este proyecto. En primer lugar, quiero dar las gracias a Sharon Lindbloom, amiga y colaboradora del «Mormonism Research Ministry». Agradezco enormemente sus valiosos consejos y críticas constructivas a mis dos primeros borradores. Gracias, Sharon, por las horas que has dedicado a este proyecto.
Mark Ridgway, Tom Hobson y Karen Taylor dedicaron tiempo a leer los dos borradores del manuscrito y aportaron sugerencias beneficiosas y útiles. Kaz Dombrowski, Carissa Flores, Sherry Frazier, Michael Hodge, Jerry Jenkins, Michael Kempton, Robert McKay, Neal Powell, Devin Rill, Shane Roe, Sandra Tanner, Kim Thorne-Harper y Eric Wendt leyeron el primer borrador y ofrecieron su apoyo.
Bill McKeever, fundador del «Mormonism Research Ministry», me permitió dejar de lado tareas ministeriales no esenciales para trabajar en el manuscrito durante el otoño de 2020 y el invierno / primavera de 2021. El compañerismo que Bill y yo compartimos y lo que he aprendido de él durante las últimas tres décadas es evidente en lo que se ha escrito en este libro.
Agradezco el ánimo que J. Warner Wallace me dio desde el principio para replantear mi idea original y escribir algo de lo que pudieran beneficiarse tanto cristianos como mormones
Gracias por el compromiso de Steve Miller, de «Harvest House Publishers» con la publicación de literatura cristiana de calidad pero especializada (incluida ésta) que muchas otras editoriales cristianas nunca tocarían. También agradezco a Rodney Morris por su cuidadosa edición del borrador original.
Y a Hannah, mi hija menor, gracias por ayudarme a concebir la idea.
Oro para que este libro anime a los cristianos a compartir su fe con los Santos de los Últimos Días, un pueblo al que he dedicado gran parte de mi vida para alcanzar.
Soli Deo Gloria.
INTRODUCCIÓN
«Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que maneja con precisión la palabra de verdad»
2ª Timoteo 2:15
Nunca antes había escuchado algo un poco confuso como lo siguiente: «el noble anciano, que vestía un mono con peto y lucía una gastada gorra de béisbol John Deere en su cabeza casi calva, susurró».[1]
Era un caluroso día de verano de julio de 1987 en Manti, Utah. Yo formaba parte de un grupo de misiones a corto plazo que compartíamos nuestra fe en este estado tan religioso. De hecho, más de nueve de cada diez residentes del condado de Sanpete, Utah, eran miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Durante dos años había asistido a clases de seminario de posgrado en San Diego, California. Deseoso de vivir otro tipo de experiencia ministerial, decidí pasar un verano en Utah. Debo decir que fue un bautismo de fuego. Si sacas un mapa y pones el dedo en el centro del estado, debería aterrizar en esa pequeña ciudad –en ese momento– con menos de 2300 habitantes. Desde mi experiencia y en ese momento, a la mayoría de los residentes de esta comunidad nunca les había hablado un cristiano creyente en la Biblia.
Después de responder a la llamada a la puerta de mi compañero de misión, este octogenario y su esposa nos invitaron amablemente a entrar. Sentados en el sofá tapizado de los años sesenta, les pregunté cuánto tiempo llevaban viviendo en Utah. El marido respondió: «Toda mi vida». Nos dijo que había nacido catorce años después de la dedicación del templo de los SDU de Manti en 1888. Que había seguido los pasos de su padre convirtiéndose en un granjero que nunca tuvo una razón para viajar más allá de Salt Lake City, situada a dos horas en carro. La pareja podía coger tres canales de televisión, pero él dijo, sólo si la antena del tejado estaba colocada correctamente. Aunque admitía que la señal seguía siendo un poco borrosa. Por supuesto, la Internet solo estaría disponible algunos años después.
Sabiendo que no había iglesias cristianas en todo este condado, le pregunté: «¿Alguna vez ha oído del tele-evangelista Billy Graham?».
«No», respondió encogiéndose de hombros. Mientras su mujer nos servía limonada helada, se me presentó una oportunidad de oro.
«¿Puedo explicarle lo que enseña la Biblia?» le pregunté. «Claro», respondió, «tenemos tiempo de sobra».
Debido a un problema de tartamudez que tuve en la escuela primaria, hablaba en rápida sucesión: pum, pum, pum. Era una técnica que había desarrollado durante mis primeros años, cuando intentaba superar esa discapacidad infantil. Mientras tanto, no me daba cuenta del confuso lenguaje corporal de la pareja. Mis intenciones eran correctas, pero durante los primeros 20 minutos la forma como presenté la conversación era similar a la de una locomotora fuera de control.
Cuando salimos, me di cuenta de que la información que esperaba transmitirles no había encontrado eco, estrellándose en la cantidad de información perdida. Podría haber sido la primera vez que alguien intentaba compartir el mensaje cristiano con esta agradable pareja. Lamentablemente también podría ser la última vez.
Unos minutos después de marcharnos, mi compañero y yo permanecimos a la sombra de un árbol mientras, con cabeza inclinada orábamos por esa pareja. Esa noche, antes de irme a dormir, me prometí que estaría más atento para explicar mejor el Evangelio en futuros encuentros. Durante casi treinta y cinco años, he aprendido a través de cientos de conversaciones que es posible comunicar el cristianismo de forma que la mayoría de los Santos de los Últimos Días puedan entender. Esta es la razón por la que he escrito este libro.
¿SON CRISTIANOS LOS MORMONES?
Los cristianos evangélicos3 y los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (de forma abreviada SUD; sus seguidores denominados Santos de los Últimos Días o mormones y su religión conocida como mormonismo)4 enfrentan barreras cuando intentan comunicarse sobre cuestiones doctrinales. Esto se debe a que los seguidores de estas religiones comparten muchos de los mismos términos teológicos cristianos –incluyendo expiación, gracia y evangelio. Pero estas palabras pueden definirse de modo diferente dependiendo de los antecedentes y las presuposiciones de cada uno. Esto puede causar una gran confusión, ya que personas bienintencionadas tienden a hablar más de la cuenta y terminan finalmente, hiriendo susceptibilidades.
La pregunta formulada en el subtítulo ha sido la fuente de muchos debates sensibles entre los Santos de los Últimos Días y los cristianos evangélicos.5 En décadas anteriores, se ha hecho común que muchos mormones insistan en que, «también somos cristianos». Lo que pretenden es dar la impresión de que hay pocas diferencias teológicas, si es que hay alguna. Aquellos que insisten en que sí existen discrepancias, pueden ser catalogados de beligerantes o groseros. Más de una vez me han preguntado: «¿Quién es para decirme que no soy cristiano? ¿Está sugiriendo que no soy una buena persona?». Pero ciertamente, ¡este no es el mensaje que quiero transmitir!
Normalmente animo a los creyentes a abstenerse de introducir esta controversia en las conversaciones con los Santos de los Últimos Días. Después de todo, esta táctica es la receta perfecta para alejar a los mormones, ya sean amigos o conocidos. Al mismo tiempo, no es difícil mostrar las diferencias críticas entre nuestras creencias. Dallin H. Oaks, el primer consejero de la Primera Presidencia del mormonismo, explicó: «La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días tiene muchas creencias en común con otras iglesias cristianas. Pero tenemos diferencias, y esas, explican por qué enviamos misioneros a otros cristianos».6
Un sentimiento común de superioridad religiosa entre algunos mormones es manifestado por el Apóstol de los SUD Bruce R. McConkie quien escribió: «En el marco de sus diversos credos y doctrinas, los cristianos modernos han heredado de sus antepasados numerosos mitos, leyendas y tradiciones, y suponen falsamente que todos ellos forman parte de la verdadera religión … De hecho, sería difícil reunir un mayor número de mitos en un sistema filosófico que los que ahora se encuentran en las filosofías del cristianismo moderno».7
Insistir en que los cristianos creen en un «número de mitos» mientras comisionan a «misioneros» de la iglesia «a otros cristianos» son señales inequívocas de que estos líderes consideran que nadie, ajeno a la organización de su Iglesia sea cristiano tanto como ellos se consideran a sí mismos. La idea, está basada en la forma como el fundador de la Iglesia SUD, Joseph Smith, «restauró» doctrinas verdaderas que supuestamente se consideraban perdidas poco después de la muerte de los apóstoles de Jesús en lo que se conoce como la Gran Apostasía.8
Una lección oficial de la iglesia dirigida a niños menores de 12 años anima al instructor a «explicar … que la verdadera Iglesia no estaba en la tierra en aquel tiempo. Jesús quería que Sus enseñanzas y Su Iglesia fueran restauradas en la tierra».9 Debido a esto, sólo los ritos bautismales de los SUD son considerados eficaces. De igual manera, sólo el sacerdocio de esta iglesia se considera autorizado; y sólo mediante el trabajo realizado en los templos de la iglesia, las familias pueden tener alguna esperanza de vivir juntas por toda la eternidad. La lista podría continuar. Se puede concluir, entonces, que, si el mormonismo es verdadero, todas las demás religiones –incluida el cristianismo bíblico– son falsas y sus seguidores, sin conocimiento del mormonismo no serán elegibles para recibir lo mejor que esta religión tiene para ofrecer.10
Si el cristianismo necesitaba una «restauración» porque la autoridad de Dios se había perdido, entonces esta religión –si Joseph Smith estaba realmente autorizado para ser un profeta– es la que se necesita desesperadamente. Por otro lado, si el cristianismo no perdió la autoridad de Dios y las verdaderas creencias pueden ser encontradas interpretando correctamente la Biblia, entonces el mormonismo está equivocado y sus doctrinas deben ser rechazadas.
A lo largo de la historia, los cristianos han defendido sus creencias y condenado las herejías. He aquí una rápida comparación de las principales doctrinas del mormonismo y del cristianismo evangélico:
DOCTRINA | MORMONISMO | CRISTIANISMO EVANGÉLICO |
Naturaleza de Dios | El Padre Celestial tiene un cuerpo de carne y hueso (Doctrina y Convenios 130:22) quien vivió en una existencia anterior como ser humano. | Dios Padre es Espíritu (Juan 4:24) y ha existido eternamente como Dios (Salmo 90:2; Isaías 43:10; 44:6,8). |
Jesús | El hijo primogénito del Padre Celestial quien es el Salvador de la humanidad. Jesús es un «dios» pero no igual al Padre. | Jesús es totalmente Dios que vino a la tierra como hombre y murió en la cruz. Luego resucitó corporalmente de entre los muertos. |
Trinidad, La | Rechazo de la Trinidad. Dios es uno en propósito, pero no uno en esencia. Cada persona en la Divinidad es un dios separado (triteísmo). | Un Dios en tres personas quien es uno tanto en esencia como en propósito. Cada Persona es totalmente Dios, pero conserva su propia personalidad. |
DOCTRINA | MORMONISMO | CRISTIANISMO EVANGÉLICO |
Salvación, La | Dependiendo del contexto, la «salvación general» es la capacidad de una persona para obtener uno de los tres «reinos de gloria» a través de la expiación y la gracia ofrecidas por Jesús. Algo que todos los seres humanos recibirán. «La salvación individual» se iguala con la vida y exaltación eternas. Aquellos que cumplan los requisitos para acceder a este reino existirán como dioses y diosas durante toda la eternidad.11 | Tres distinciones: 1) Tiempo pasado: Viene por gracia a través de la fe y no por obras (Justificación); 2) Tiempo presente: Buenas obras en la vida del creyente (Santificación); 3) Tiempo futuro: Existencia en el cielo con cuerpos glorificados para siempre (Glorificación). |
Humanidad | A todas las personas se les ordena arrepentirse al guardar satisfactoriamente los mandamientos de Dios. | El pecado original vino a través de la desobediencia de Adán, contaminando a todas las personas e impidiendo una relación con Dios. |
Escritura | El Antiguo y el Nuevo Testamento (en la versión King James) de la Biblia, así como el Libro de Mormón, Doctrina y Convenios, y la Perla de Gran Precio. También, aquellas enseñanzas autoritarias dadas por los actuales líderes de la iglesia. | Los 66 libros del Antiguo y Nuevo Testamento constituyen la Palabra de Dios. Existe un canon cerrado, sin libros o escritos adicionales como autoritarios. |
Cielo / Infierno | El cielo (reino celestial): Es la existencia eterna con la familia terrenal; el infierno es igualado con un lugar llamado «las tinieblas de afuera» y no es una posibilidad para la mayoría de los seres humanos. | El cielo es la existencia eterna con Dios. El infierno es la separación eterna de Dios, un destino posible para quienes lo rechazan. |
Iglesia | La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. A través de la Gran Apostasía que tuvo lugar poco después de la muerte de los apóstoles de Jesús, la autoridad de Dios se perdió de la tierra antes de ser restaurada por Joseph Smith en 1830. | Dependiendo del contexto, la iglesia se refiere generalmente a todos los verdaderos creyentes que han puesto su fe en Jesús como Salvador. Ninguna organización religiosa o denominación tiene el monopolio del cristianismo. |
Debe entenderse que las personas pueden ser sinceras en sus creencias y, sin embargo, estar sinceramente equivocadas. El filósofo cristiano J. P. Moreland explica: « La verdad es básicamente indiferente a la sinceridad con la que creamos algo. Puedo creer con todas mis fuerzas que mi carro me llevará volando a Hawái o que la homosexualidad es causada únicamente por el cerebro, pero ese fervor no cambia nada. En lo que respecta a la realidad, lo que importa no es si me gusta una creencia o lo sincero que soy al creerla, sino si la creencia es cierta o no».12
Él añade: «Si alguien tuviera fe ciega y comprara la primera casa que viera con un cartel de ‘Se vende’ al frente de esta, pero no hiciera ningún esfuerzo por informarse sobre la casa y el barrio, lo consideraríamos insensato. ¿Por qué? Porque cuando usamos nuestra razón y basamos nuestras decisiones en la mejor evaluación de las pruebas que podemos hacer, aumentan las posibilidades de que nuestras decisiones se basen en creencias verdaderas … Ahora bien, si esto es así para las cuestiones diarias, ¿por qué deberíamos renunciar rápidamente a la importancia de la razón y las pruebas cuando se trata de religión? No deberíamos».13
Sostener la verdad en asuntos espirituales es decisivo. Pablo no se anduvo con rodeos cuando describió el evangelio de aquellos legalistas que insistían en que la ley alimentaria y la circuncisión eran necesarias para la fe salvadora. Gálatas 1:8-9 dice: «Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anunciara otro evangelio contrario al que les hemos anunciado, sea anatema. 9 Como hemos dicho antes, también repito ahora: Si alguien les anuncia un evangelio contrario al que recibieron, sea anatema».
La palabra «anatema» (maldito) se refiere a la condenación en el infierno. Aquellos que colocan su confianza en un evangelio contrario están destinados a la separación eterna de Dios. Aunque a un Santo de los Últimos Días le parezca una tontería sugerir que los que pertenecen a una iglesia que lleva el nombre de Jesús puedan estar en peligro, ignorar nuestras diferencias y pretender que el mormonismo y el cristianismo son confesiones sinónimas no hace ningún favor a nadie. Como dice el teólogo Norman Geisler, «la verdad es ‘decir las cosas como son’»:
«Los no cristianos suelen afirmar que los cristianos son de mentalidad estrecha, porque afirman que el cristianismo es verdadero y todos los sistemas no cristianos son falsos. Sin embargo, lo mismo puede decirse de los no cristianos que afirman que lo que ellos consideran verdad es cierto, y que todas las creencias contrarias son falsas. Eso es ser, igualmente de mentalidad estrecha. El hecho es que si C (cristianismo) es verdadero, entonces todo lo que no es C es falso. Del mismo modo, si H (digamos, Humanismo) es verdadero, entonces todo lo que no sea H es falso. Ambas visiones son igualmente estrechas. Así es la verdad. Cada pretensión de verdad excluye pretensiones de verdad contradictorias. El cristianismo no es más estrecho que cualquier otro conjunto de creencias».14
Si la verdad importa, también la doctrina. El teólogo Millard Erickson escribe:
«Para algunos lectores, la palabra doctrina puede resultar algo aterradora. Esta evoca creencias muy técnicas, difíciles y abstractas, a veces planteadas de forma dogmática. Sin embargo, la doctrina no es eso. La doctrina cristiana no es más que la declaración de las creencias más fundamentales que tiene el cristiano, sobre la naturaleza de Dios, su accionar, acerca de nosotros que somos sus criaturas, y sobre lo que ha hecho para colocarnos en relación con Él mismo … La doctrina trata de verdades generales o eternas sobre Dios y el resto de la realidad».15
Con razón, el teólogo R. C. Sproul dijo: «No me basta con creer cualquier cosa por el simple hecho de creer. Si lo que creo no es verdadero –si es supersticioso o falso– quiero ser libre de esto».16 ¿Por qué? El teólogo Harold O.J. Brown explicó: «Para muchas religiones, la prueba cardinal es la conducta u observancia correctas. Para el cristianismo es la fe correcta … Los credos desempeñaron un papel destacado en el culto diario y en la vida de los primeros cristianos. La Iglesia primitiva creía que era fundamental conocer y aceptar algunas afirmaciones muy precisas sobre la naturaleza y los atributos de Dios y de su Hijo Jesucristo, hasta un punto difícil de comprender para las personas del siglo XX».17
El actual pensamiento entre muchas personas no religiosas (e incluso algunos cristianos) es que la verdad es lo que una persona decida que sea. De forma general, significa que todos los caminos religiosos conducen a Dios. Sin embargo, es imposible que dos o más cosmovisiones que compiten entre sí sean verdaderas. Según la ley de no contradicción, algo no puede ser A y no A al mismo tiempo. Cuando se contrastan dos religiones, como el mormonismo y el cristianismo, a primera vista, las creencias fundamentales pueden parecer similares. Sin embargo, cuando estas enseñanzas se examinan a fondo, se ponen de manifiesto diferencias irreconciliables.
Por supuesto, no todo el mundo está abierto al Evangelio. Pero algunos sí. En Hechos 8:26-40, Dios le dijo a Felipe que se dirigiera al suroeste de Jerusalén, hacia Gaza. Se encontró con un hombre de Etiopía –el encargado de los asuntos financieros de su reina– que estaba leyendo el libro del profeta Isaías. Felipe le preguntó: «¿Entiendes lo que estás leyendo?». El hombre contestó: «¿Y cómo puedo entenderlo, a menos que alguien me explique?». Felipe procedió a interpretar el pasaje que estaba leyendo de Isaías 53 y le explicó «la buena nueva sobre Jesús». El hombre entendió y fue bautizado en este encuentro repentino.
Mientras que no todos los escenarios de testimonio son así de fáciles, es fundamental que todo cristiano que espera ser efectivo a la hora de compartir el Evangelio comprenda las creencias fundamentales del cristianismo. Como escribe el historiador Roger E. Olson: «No puede haber un discipulado cristiano importante, dinámico y fiel que carezca por completo de conocimiento doctrinal. Nunca lo ha habido y nunca lo habrá».18 Brown añade que, «es importante reconocer que la vida misma del cristianismo en general, así como la salvación de los cristianos individuales, depende, al menos, de una medida importante de doctrina correcta, y donde existe esta, las opiniones contrarias deben ser herejías».19
Comprender lo esencial del cristianismo, así como los fundamentos de la teología de los SUD es crucial, ¡o reinará la confusión! Sólo entonces el cristianismo podrá compararse con exactitud con relación a las enseñanzas del mormonismo.
SI LA IGLESIA (SUD) NO ES VERDADERA, ENTONCES, ¿NINGUNA LO ES?
Aquellos que han sido mormones por un tiempo pueden estar familiarizados con una frase al interior de los SUD que dice algo así: «Si la iglesia (SUD) no es verdadera, entonces ninguna lo es». Este dicho se ha utilizado especialmente, para estimular a los miembros que puedan tener dificultades en su fe cuando se descubre información inquietante sobre la historia de la Iglesia o doctrinas singulares. La idea no es ni lógica ni verdadera. Algo debe ser verdadero si el mormonismo no lo es. Después de todo, la nada no es algo. Si el mormonismo no es verdadero, tal vez el hinduismo sí lo sea. O el islam. Tal vez no existe un dios, validando así el ateísmo. O posiblemente vivimos en una ilusión tipo Matrix y como enseña el budismo, la realidad no existe. La lista de posibilidades continúa.
Para dejar a un lado los falsos estereotipos, los mormones deben realizar un esfuerzo por comprender lo que enseña el cristianismo bíblico. Por ejemplo, algunos asumen de forma equivocada que la doctrina cristiana de la «salvación, sólo por gracia» resta importancia a las buenas obras. Otra suposición es que los cristianos creen en un cielo aburrido donde todo el mundo ¡toca sus arpas colgando de esponjosas nubes!20 Se podrían documentar muchos otros conceptos erróneos similares.
Corey Miller, un ex mormón que dirige un ministerio universitario cristiano a nivel nacional llamado Ratio Christi, utiliza una simple pero poderosa ilustración para mostrar cuán diferente es el mormonismo del cristianismo bíblico:
Al principio, muchos mormones ocultan las diferencias hasta que se ven obligados a admitirlas. Así que intento dialogar con ellos a través de la ilustración.
Yo: «Permítame hacerle una pregunta personal. ¿Tiene mamá?».
Mormón: (Sonriendo, responderá) «Sí, por supuesto».
Yo: «¡Yo también! ¿Puede deletrear la palabra?».
Mormón: «Hum … M.a.m.á»
Yo: «No puede ser, lo deletreo igual. A lo mejor tenemos la misma madre». Seguidamente le pido: «¿Cómo lo escribirías?».
Mormón: «Claro: M.a.m.á».
Yo: (Emocionado le digo): «¡Seguro que tenemos la misma mamá porque se escribe igual que la tuya!».
Al describir a nuestras respectivas madres, si la de él mide 1,80 m y la mía sólo 1,20 m, entonces son dos mamás diferentes. Posteriormente se puede señalar que, aunque todos escribimos «Cristo» y «Dios» de la misma manera, los significados no son necesariamente los mismos.21
A lo largo de este libro, haré un esfuerzo por distinguir las creencias que se enseñan en el cristianismo y el mormonismo. Algunos proponen que cualquier desacuerdo estaría mal si se cita 3 Nefi 11:29 del Libro de Mormón, que dice, «aquel que tiene el espíritu de contención no es mío, sino es del diablo, que es el padre de la contención». Sin embargo, en la Biblia, los desacuerdos no son ofensivos. Como dijo una vez el erudito J. Gresham Machen: «Los hombres nos dicen que nuestra predicación debe ser positiva y no negativa, que podemos predicar la verdad sin atacar el error. Pero si seguimos ese consejo tendremos que cerrar nuestra Biblia y abandonar sus enseñanzas. Casi de principio a fin el Nuevo Testamento es un libro polémico».22
Deben considerarse los motivos. Sí, estoy en desacuerdo con el mormonismo, pero afirmaré sin temor a equivocarme, que no estoy en contra del pueblo de los SUD. Por favor, no lo tomen a mal. Me apasiona el pueblo mormón.23 Aunque he mantenido muchos diálogos con Santos de los Últimos Días a lo largo de los años, nunca he considerado su desacuerdo sobre cuestiones doctrinales como ataques personales contra mí. Estoy totalmente de acuerdo con J. Reuben Clark –un abogado que sirvió como miembro en la Primera Presidencia del mormonismo– cuando dijo: «Si tenemos la verdad, no puede ser dañada por la investigación. Si no tenemos la verdad, esta será perjudicada».24 Es necesario eliminar el sentimiento de orgullo personal al considerar los hechos para poder tener en cuenta las dos caras de la moneda.
La palabra «evangelio» es, literalmente en griego «buenas nuevas» y es el origen de la palabra «evangelismo». A veces, los demás sentirán que el cristiano que presenta la verdad se está metiendo maliciosamente en su terreno. Y este temor paraliza a muchos cristianos a la hora de compartir su fe.. Comentando Gálatas 4:15-20, el pastor Timothy Keller dice:
«Si amas a una persona de manera tan egoísta que no puedes arriesgarte a que se enfade, nunca le dirás la verdad que necesita escuchar. Si, por el contrario, le dices a una persona la verdad que necesita, pero con aspereza y no con la convicción de un enamorado, no te escuchará. Pero si dices la verdad con mucho amor al mismo tiempo, hay una gran posibilidad de que lo que digas llegue al corazón y sane. Un ministerio basado en el Evangelio se caracteriza por la sinceridad y el amor, no por el engaño, la falsedad y la adulación. Este tipo de ministerio en el Evangelio, es costoso para el ministro. No siempre es fácil para aquellos que lo reciben. Pero está basado en la verdad, señala a Cristo y vale la pena eternamente».25
Habiendo dicho esto, les aseguro que es perfectamente aceptable que mormones y cristianos difieran en sus creencias. Aunque defiendo mi postura con firmeza, no obligo a nadie a aceptarla. Y estoy abierto a escuchar puntos de vista opuestos.
Que ningún cristiano se engañe pensando que un Santo de los Últimos Días debe ser menospreciado, ridiculizado, sea objeto de burla o considerado el enemigo. Y viceversa. Al escribir este libro, mi intención no es proporcionar información para que el cristiano «gane debates a toda costa» mientras menosprecia o con propósito, resta importancia a las opiniones de los demás. Ya hay bastantes conflictos en el mundo como para que haya que atacar a la ligera, por lo que debería ser prioritario debatir estas cuestiones de forma civilizada mostrando «mansedumbre y reverencia» (1ª Pedro 3:15). Como dijo Keller: «Pero si dices la verdad evidenciando mucho amor …» como enseña Efesios 4:15, significa que tanto la cordialidad como la honestidad pueden lograrse de forma pacífica.
Insisto. Los cristianos deben tener compasión por los mormones que conocen o con los que se encuentran, al comprender lo difícil que podría ser para ellos el simple hecho de considerar salirse de su religión. Por ejemplo, abandonar la fe podría causar un daño irreparable a su familia y amigos de los SUD. En un grupo de ex mormones en Facebook, una mujer escribió: «Tengo mucho miedo de meterme en problemas por asistir a una iglesia cristiana. Ojalá pudiera quitarme el nombre o marcharme antes, pero mi marido se divorciaría de mí y dice que no puede entrar en el cielo si dejo la iglesia».
¡Qué dilema para quienes se preguntan cuáles serían las repercusiones si abandonaran el mormonismo! Imagínese cómo la decisión de abandonar el mormonismo podría incluso terminar causando el fracaso de un matrimonio, como temía la mujer citada anteriormente. No es de extrañar que algunos Santos de los Últimos Días decidan permanecer en su iglesia mientras pretenden permanecer fieles, aunque, en sus mentes, hayan rechazado totalmente esta religión. Esta apreciación realista debe ser apreciada por aquellos de nosotros que nunca hemos sido Santos de los Últimos Días.
Sin embargo, no se puede asegurar que no habrá consecuencias para aquellos que se van. Sin duda, lo que los cristianos podemos hacer es asegurarles que Jesús se preocupa mucho por ellos y que nosotros, también. Aunque puede que no haya un reemplazo inmediato de las amistades que actualmente tienen en la Iglesia de los SUD, pueden estar seguros de que existe la posibilidad de encontrar un lugar de genuina comunión cristiana en su comunidad, donde la auténtica Palabra de Dios sigue siendo fundamental. Este tema lo discutiremos más a fondo en el capítulo 10.
Una batalla espiritual está llevándose a cabo más allá del mundo físico. En Efesios 6:12, el apóstol Pablo explicó que la lucha de los cristianos, «no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes». Debido a esto, 2ª Corintios 4:4 registra que, «el dios de este mundo ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios».
Una vez más, seré claro. Los mormones no son los enemigos de los cristianos. El mormonismo lo es. Como Dios le dijo al profeta Isaías: «Vengan ahora y razonemos» (Isaías 1:18). Las conversaciones cordiales pueden tener lugar siempre y cuando, sean el objetivo.
PRESENTANDO A LOS MORMONES LOS ARGUMENTOS A FAVOR DEL CRISTIANISMO
Durante la pandemia y a finales de agosto de 2020, mi hija menor, Hannah, vino a verme una mañana de fin de semana. Me dijo: «Papá, mi compañera de trabajo ha dejado el mormonismo y me pregunta si hay algún recurso que pueda ayudarla a entender mejor en lo que creemos los cristianos».
Empecé a consultar más de una docena de libros apologéticos en los estantes de mi biblioteca personal, los cuales explican muy bien la posición cristiana. Sin embargo, pronto me di cuenta de que sería demasiado fácil para alguien con un trasfondo mormón no entender conceptos importantes en estos libros, ya que no fueron escritos pensando en un público mormón.
Le dije a mi hija: «Es necesario un libro para los que piensan como los mormones. Debe abordar las doctrinas fundamentales del cristianismo, con especial atención a temas como la autoridad de la Biblia, la naturaleza de Dios, la persona de Jesús, el concepto de la Trinidad y el significado de la salvación». Añadí que un buen recurso sería ofrecer respuestas a los argumentos más comunes que utilizan la falacia del hombre de paja para contrarrestar la enseñanza cristiana.
No sabía que acababa de asignarme una misión de escritor que consumiría mi tiempo durante el año siguiente.
Debo señalar que hay otras doctrinas que los cristianos consideran secundarias. Entre ellas se encuentran el modo de bautizar (si es por inmersión o aspersión), la soberanía de Dios o el libre albedrío humano (calvinismo frente a arminianismo) y las enseñanzas sobre el fin de los tiempos. Aunque son importantes y dan lugar a debates interesantes, son temas en los que los cristianos son libres de estar en desacuerdo con sus compañeros creyentes.
Mientras que internamente es permitido el desacuerdo, debemos recordar que lo que debe destacarse, es el amor (1ª Corintios 13:13). En estos días de comentarios maliciosos en las redes sociales sin rostro del siglo XXI, hay que tomar el mejor camino. La unidad en el cuerpo de Cristo debe ser preservada a pesar de nuestras diferencias en estos temas secundarios.
Por último, existen opiniones basadas en el gusto personal, como el tipo de música usado en las iglesias los domingos por la mañana (himnos o adoración con- temporánea), la libertad de beber alcohol (sin emborracharse, como registra Efesios 5:18) o la preferencia de una determinada traducción de la Biblia. Es como pronunciar la palabra «tomate». En Bretaña alguien podría decir: «tah-mah-toe», mientras que un estadounidense podría decir «tuh-may-toe». ¿Es incorrecta alguna de las pronunciaciones? De la misma manera, cuando se trata de cuestiones no fundamentales, podemos ofrecer libertad a nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Dado que nos centraremos en las enseñanzas fundamentales del cristianismo, no enfatizaremos en cuestiones secundarias y de gusto personal.
ALGUNOS ASPECTOS A TENER EN CUENTA
La palabra apologética procede del griego «apologeia». Es la misma palabra utilizada en 1ª Pedro 3:15 para describir cómo los creyentes deben «presentar defensa ante todo el que les demande razón de la esperanza que hay en ustedes». Explicar las enseñanzas del cristianismo puede resultar bastante complicado. Por lo tanto, es necesario que ofrezca muchas pruebas para apoyar mi caso, ya que se utilizarán muchos nombres y números. Por lo tanto, es necesario que ofrezca muchas pruebas para apoyar mi argumento, ya que se utilizarán muchos nombres y números.
Algunos pueden quejarse: «¡Demasiados detalles!». Sin embargo, si yo digo: «La Biblia es verdadera, confíen en mi palabra» o, «Confíen en mí, sólo necesita aceptar la Trinidad», y no proveo el apoyo apropiado, no sería justo. Para muchos lectores, este libro puede acabar convirtiéndose en una presentación como lo es una manguera que se usa solo para apagar incendios. Y aunque los conceptos discutidos aquí pueden ser profundos, son importantes. Si es necesario, tómese su tiempo y busque los pasajes bíblicos. Para mí, podrían perderse puntos importantes si pretende simplificar el material.
Durante muchos años fui entrenador de softball, tanto en la liga recreacional como en la escuela secundaria. Mis jugadores sabían que después de la práctica, muchas charlas de motivación incluirían el estímulo siguiente: «Todo lo que vale la pena hacer, vale la pena hacerlo bien». Tanto si se trataba de correr para ponernos en forma para jugar como para lanzar la bola a ras de suelo una y otra vez en los entrenamientos. Ganar partidos con todo nuestro esfuerzo hacía que mereciese la pena cuando teníamos éxito en el campo, ya sea que ganáramos o no todos los partidos.
Otros pueden sugerir que debería haber profundizado más en ciertas enseñanzas. Sí. Es posible profundizar más en cualquiera de los temas tratados en este libro. Pero nunca pretendió ser una teología sistemática definitiva. Si necesita más detalles sobre alguna doctrina, al final de este, y de todos los otros los capítulos, he incluido una lista de recursos maravillosos en los que puede profundizar.
En cuanto al público al que va dirigido, he escrito principalmente para cristianos que deseen compartir mejor su fe con aquellos que poseen una visión del mundo de los SUD. Otro público, son aquellos Santos de los Últimos Días que pueden saber poco o nada acerca de las creencias cristianas evangélicas. Espero que los cristianos puedan regalar este libro con toda confianza a sus familiares o amigos de los SUD.. Aunque los críticos puedan afirmar que se trata de una publicación anti mormona, les aseguro que no es así. En ninguna de sus páginas se calumnia o menosprecia a los mormones. El objetivo principal es exponer las creencias cristianas fundamentales y proporcionar material de apoyo adecuado.
Para explicar con éxito el cristianismo a aquellos que tienen un trasfondo mormón, necesitaré describir la posición de ellos lo más preciso posible. Por consiguiente, se utilizará material de fuentes de los SUD, especialmente las palabras de los líderes de la iglesia llamados autoridades generales. Estos líderes ocupan uno de los siguientes cargos: 1) El presidente, también llamado el profeta de la iglesia; 2) la Primera Presidencia, formada por el presidente y sus dos consejeros; 3) los apóstoles, que son 12; y 4) los setenta. Cuando se cite alguno de estos, el nombre del cargo del hombre se colocará delante del nombre para indicar su posición.
Los mormones fieles creen que estos hombres han sido designados por Dios y, aunque no se consideran infalibles, efectivamente, tienen autoridad. Un mormón puede decir: «No estoy de acuerdo con mi líder en (rellene el espacio en blanco)». Esto es posible, pero cuando se trata de entender la auténtica doctrina de los SUD, creo que las posiciones de estos líderes (junto con el plan de estudios relacionado que respaldan) y cómo interpretan las escrituras de su iglesia deberían tener prioridad sobre la opinión de un miembro no religioso.26
También habrá abundantes referencias de excelentes pensadores, pastores y eruditos cristianos, muchos de los cuales poseen credenciales de maestría o doctorado junto con su vasta experiencia. Con tantos y tan buenos recursos disponibles, estas citas se utilizan sin ningún temor para reforzar los argumentos a favor de la posición cristiana histórica. Las notas finales ofrecen otros datos que conviene tener en cuenta.
Alguien podría preguntarse por qué cito tantos versículos bíblicos. Podría argumentarse que esa táctica es exagerada y dificulta la lectura. No estoy de acuerdo. Puesto que soy un firme defensor del poder de la Palabra de Dios, las citas y referencias en el texto proporcionarán el apoyo bíblico y ayudarán a evitar que la simple opinión se imponga. Los bereanos eran considerados de una mentalidad más abierta (nobles) porque no tomaban al pie de la letra la palabra de un apóstol (Pablo), sino que se dedicaban a «examinar las Escrituras» (Hechos 17:11).
Para mostrar cómo se ha utilizado la información en mi propio testimonio, utilizo diálogos de la vida real que he tenido a lo largo de los años. Al incluirlo, el objetivo es mostrar cómo se pueden presentar los principios cristianos a los Santos de los Últimos Días. De manera práctica y para cada diálogo, otro creyente podría utilizar una estrategia totalmente diferente que podría ser mejor que la mía. No existe monopolio en las tácticas evangelizadoras.27
También quiero dejar claro que no todos los Santos de los Últimos Días presentarán su caso del mismo modo que los descritos en los diálogos. Las conversaciones son como los copos de nieve. No hay dos iguales, aunque con frecuencia son similares. Por eso he aprendido a no suponer las creencias de otra persona. Si el punto de vista de un SUD contradice el mormonismo, podría preguntarle: «¿Sabía usted que los líderes / escrituras de su iglesia no están de acuerdo con su(s) creencia(s)?». Para averiguar lo que cree un mormón de forma individual e independientemente de lo que enseña la iglesia, he encontrado lo útil que son estas dos preguntas:
- ¿Qué cree acerca de … (tal y tal cosa)?
- ¿Qué quiere decir cuando dice … (tal y tal cosa)?
Aunque no he logrado la perfección al compartir mi fe (¿Quién lo ha hecho?), hacer preguntas como éstas evita el atropello del Santo de los Últimos Días y obliga al cristiano a dar un paso atrás. Debido a que Dios ha dado a cada persona dos oídos, pero una sola boca, es importante recordarnos que debemos escuchar y no dominar completamente la discusión.
Como profesor acreditado en California durante muchos años, me gusta utilizar herramientas educativas para facilitar el aprendizaje y la retentiva. Así, cada capítulo comienza con un párrafo preliminar para que el lector pueda anticipar lo que va a tratarse. Al final de cada capítulo se incluyen cinco preguntas tipo debate para quienes deseen utilizar el libro en un grupo de estudio. El glosario incluye muchos términos cristianos y mormones utilizados en el libro. La primera vez que un término único e importante es utilizado, se pone en cursiva para indicar que la palabra está definida en el glosario.
Para más información y recursos, le remito al sitio web IntroducingChristianity.com. Entre otros recursos, encontrará:
- Enlaces a artículos adicionales, en mrm.org.
- Referencias anexas para una imagen más completa de lo que las escrituras y los líderes SUD han dicho sobre su religión.
- Posibles respuestas a las preguntas de discusión que se encuentran al final de cada capítulo.
- Vídeos cortos sobre los temas tratados en el capítulo.
Si quiere responder al libro, escríbame a [email protected] y escriba en el asunto «Introducing Christianity».
INFORMACIÓN SOBRE EL AUTOR
Usted podría preguntarse si alguna vez fui mormón. La respuesta es no. Entonces, ¿por qué he pasado gran parte de mi vida investigando la religión del mormonismo? Es porque tengo una gran preocupación por el pueblo mormón, incluyendo algunos amigos, familiares y vecinos, al igual que el judío Pablo se dedicó a los gentiles.
A continuación, encontrará información que describe mi historia:
- Crecí, siendo el hijo mayor en un hogar cristiano rodeado de amor, con padres que se convirtieron al cristianismo justo antes de que yo naciera.
- A la edad de 9 años, entregue mi vida a Cristo en enero de 1972, mientras veía una cruzada de Billy Graham por televisión con mis padres.
- Mi fe fue desafiada cuando estudiaba el bachillerato en un colegio cristiano y me enteré de que mil personas siguieron las órdenes del líder de una secta, Jim Jones, y se suicidaron ingiriendo una bebida envenenada en noviembre de 1978.
- Durante los años siguientes, mi fe creció a medida que estudiaba otras religiones y comparaba sus creencias con lo que me enseñaban en la iglesia y en una escuela cristiana.
- De 1983 a 1986, asistí a Jeff Howell, el fundador del «Making Disciples Ministry» quien está ahora en la presencia del Señor. Juntos nos comprometimos en un entorno público con los testigos de Jehová, así como con los seguidores de la Nueva Era y los mormones.
- Me licencié en la Universidad Estatal de San Diego en 1985 y empecé a asistir al seminario, una escuela de posgrado para quienes se preparaban para el ministerio cristiano.
- En julio de 1987 realicé un viaje misionero de corta duración a Utah, como se describe en la primera parte de esta introducción. En el equipo estaba Terri Bade, del estado de Washington; quien aceptó convertirse en mi esposa al año siguiente. De hecho, ella era la «otra misionera» en la historia de evangelización que se relata al principio de este capítulo.
- En 1989 conocí a Bill McKeever, fundador del «Mormonism Research Ministry» (MRM), y acepté su invitación para trabajar con él como investigador voluntario.
- Me gradué del Seminario Bethel de San Diego en 1991 con una Maestría en Divinidad (MDiv) (Nuevo Testamento).
- Enseñé clases de inglés y Biblia en el «Christian High School» de El Cajón, California, de 1993 a 2010. Durante varios años, me desempeñé como jefe del departamento de Biblia de ese colegio. Todavía tengo activa una credencial de inglés en el estado de California. También fui profesor adjunto en dos universidades del área de San Diego, así como en el antiguo Seminario Bethel de San Diego.
- En 2010, Terri y yo nos mudamos a Utah con dos de nuestros tres hijos para que pudiera trabajar a tiempo completo en MRM.28
- Este es mi quinto proyecto de libro desde 2013.
Basta de preliminares. ¡Empecemos!
RECURSOS RECOMENDADOS
Los volúmenes de teología sistemática explican la enseñanza cristiana. No se deje intimidar por el hecho de que estos tres recursos tengan más de 1000 páginas. Las enseñanzas fundamentales (incluyendo la autoridad bíblica, la naturaleza de Dios, Jesús, la salvación) se describen con mucho más detalle.
- Wayne Grudem, Systematic Theology: An Introduction to Biblical Doctrine (Grand Rapids, MI: Zondervan Academic, 1994), 1291 pages. (A second edition published in 2020 by the same publisher contains several hundred additional pages.)
- John MacArthur and Richard Mayhue, general editors, Biblical Doctrine (Wheaton, IL: Crossway, 2017), 1023 pages.
- Millard J. Erickson, Christian Theology (Grand Rapids, MI: Baker Academic, 2013), 1200 pages. A condensed version of the full edition is Introducing Christian Doctrine (Grand Rapids, MI: Baker Academic, 2015), 512 pages.
[1] La primera vez que se utiliza un término único e importante, aparece en cursiva para indicar que la palabra está definida en el glosario.
NOTAS
INTRODUCCIÓN
- La traducción oficial de la Biblia usada por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la Versión King James (KJV), pero a muchos de habla inglesa les cuesta entender el lenguaje arcaico de una obra publicada originalmente en 1611 y modificada posteriormente en 1769, la cual es la edición más utilizada en la actualidad. A menos que se indique lo contrario, a lo largo de este libro citaré con regularidad la acreditada English Standard Version (ESV). Si a los lectores de los SUD les resulta más cómodo, no dude en comparar ambas versiones: la ESV y la KJV.
- Los diálogos utilizados a lo largo de este libro tienen su origen en encuentros reales que he mantenido desde 1987. Aunque el ejemplo de cualquier capítulo podría incorporar dos o tres diálogos diferentes, todos son auténticos. Todos los nombres han sido cambiados.
- Para nosotros, un cristiano «evangélico / nacido de nuevo / bíblico» es alguien que afirma que la Biblia es la Palabra de Dios y, por lo general, considera que sus palabras deben tomarse literalmente. A diferencia de las iglesias católica romana, ortodoxa oriental o de la corriente protestante liberal mayoritaria.
- Para más información sobre los términos «mormón», «mormonismo» y «SUD», consulte «A Revelation from God?» en la página, mrm.org/no-more-mormon.
- Para mayor información sobre este tema, lea el capítulo 1 del libro «Answering Mormons’ Questions: Ready Responses for Inquiring Latter-day Saints» (Grand Rapids, MI: Kregel Publications, 2013).
- Dallin Oaks, «Apostasy and Restoration», Ensign, mayo de 1995, 84. Para citas adicionales, consulte la página mrm.org/we-never-criticize. Hay que señalar que las conferencias generales semestrales se celebran en Salt Lake City los dos primeros fines de semana de abril y octubre. La revista inglesa de la Iglesia Ensign (1970-2020) / Liahona (2021- ) publica en sus ediciones de mayo y noviembre las transcripciones de las charlas impartidas por los líderes de la Iglesia. Se supone que las enseñanzas de estas sesiones deben ser obedecidas por los miembros de la Iglesia.
- Bruce R. McConkie, Doctrina Mormona (Salt Lake City, UT: Deseret Book Company, 1966), 525. La elipsis es mía. Un credo es una proclamación escrita de creencias. Varias iglesias recitan regularmente credos antiguos, especialmente el Credo de los Apóstoles y el Credo Niceno.
- El primer capítulo de la Historia de José Smith que se encuentra en la Perla de Gran Precio retrata a los cristianos del siglo XIX como payasos espirituales que, en el mejor de los casos, eran ignorantes o, peor aún, adversarios conspiradores de la verdad espiritual. Visite el siguiente enlace: mrm.org/index-great-apostasy.
- Primaria 3. «Lección 6. La Iglesia de Jesucristo Ha Sido Restaurada». https://www.churchofjesuschrist.org/study/manual/primary-3/lesson-6-jesus-christs-church-has-been-restored?lang=spa. La elipsis es mía.
- El mormonismo enseña generalmente que el obrar eficaz de un individuo es posible aun después de esta vida. Por lo tanto, una buena persona podría tener una segunda oportunidad de alcanzar la gloria celestial, a pesar de que los líderes de la iglesia no han proporcionado detalles específicos sobre cómo sucede esto. Es decir, cuánta ignorancia sobre las enseñanzas del mormonismo es necesaria para tener una oportunidad de alcanzar el reino celestial después de la muerte. La Biblia nunca enseña la salvación en una segunda oportunidad (2ª Corintios 6:2; Hebreos 9:27) y tampoco lo hace el Libro de Mormón (Alma 34:32-35).
- Joseph Fielding Smith, Doctrina De Salvación (Salt Lake City, UT: Bookcraft, 1954), 1:135.
- J.P. Moreland, Love Your God with All Your Mind: The Role of Reason in the Life of the Soul (Colorado Springs, CO: NavPress, 1997), 74.
- Ibid. 101
- Norman L. Geisler, Baker Encyclopedia of Christian Apologetics (Grand Rapids, MI: Baker Books, 1999), 745. La afirmación empleada aquí ilustra la ley de la no contradicción, que establece que ambas proposiciones pueden ser falsas, pero ambas no pueden ser verdaderas. En otras palabras, una proposición no puede ser A y no A al mismo tiempo.
- Millard J. Erickson, Introducing Christian Doctrine (Grand Rapids, MI: Baker Academic, 2001). Cursiva en el original. La elipsis es mía.
- R.C. Sproul, Does God Control Everything? (Orlando, FL: Reformation Trust, 2012), 6.
- Harold O.J. Brown, Heresies: The Image of Christ in the Mirror of Heresy and Orthodoxy from the Apostles to the Present (Grand Rapids, MI: Baker, 1984), 19, 21. La elipsis es mía. Entre los principales credos primitivos se encuentran: El Credo de los Apóstoles (120-250 d. C.), el Credo de Nicea (325 d. C. en el Concilio de Nicea), el Credo Niceno (381 d. C. en Constantinopla), el Credo de Calcedonia (451 d. C. en el Concilio de Calcedonia) y el Credo Atanasiano (500 d. C.).
- Roger E. Olson, The Story of Christian Theology (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1999), 16.
- Harold O.J. Brown, Heresies: The Image of Christ in the Mirror of Heresy and Orthodoxy from the Apostles to the Present (Grand Rapids, MI: Baker, 1984), 22.
- Un buen versículo para usar cuando alguien presenta este argumento es Mormón 7:7 en el Libro de Mormón. Este registra que aquel que sea hallado sin culpa sin culpa, «le será concedido morar en la presencia de Dios, en su reino, para cantar alabanzas eternas con los coros celestes, al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, que son un Dios, en un estado de felicidad que no tiene fin».
- Corey Miller, Engaging with Mormons: Understanding Their World Sharing Good News (Epsom, UK: Good Book Company, 2020), 103.
- J. Gresham Machen, What Is Christianity? (And Other Addresses) (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1951), 132-33. Por polémica se entiende una fuerte argumentación o refutación de otros puntos de vista.
- Si mi intención es perjudicar en lugar de ayudar al pueblo de los SUD, no soy mejor que Saulo de Tarso que persiguió a los cristianos antes de ser encontrado por Jesús en el camino a Damasco. Para más información, consulte, «Why should I care about sharing my faith with Latter-day Saints?» en, mrm.org/ sharing-faith-with-mormons.
- D. Michael Quinn, ed., J. Reuben Clark: The Church Years (Provo, UT: Brigham Young Univer- sity Press, 1983), 24. La Facultad de Derecho de la Universidad Brigham Young, propiedad de la Iglesia de los SUD, lleva el nombre de Clark, quien fuera miembro de la Primera Presidencia.
- Timothy Keller, Galatians for You (Epsom, UK: Good Book Company, 2013), 114-15.
- El propósito de este libro no es ofrecer necesariamente una descripción completa del mormonismo. Para leer más sobre las enseñanzas de los SUD con relación al cristianismo, recomiendo Mormonism 101: Examining the Religion of the Latter-day Saints (Grand Rapids, MI: Baker Books, 2015), que escribí con Bill McKeever. Para un esquema sencillo de la enseñanza de los SUD, véanse los artículos que se encuentran en CrashCourseMormonism.com.
- Para diversas tácticas de evangelización Sharing the Good News with Mormons (Eugene, OR: Harvest House Publishers, 2018), un libro que publiqué junto con Sean McDowell, el cual puede ser útil. Cada uno de los 24 capítulos está escrito por un apologista o pastor cristiano diferente.
- Para obtener más información sobre mi historia personal, visite IntroducingChristianity.com/introducing-introduction.
Para Presentando el Chistianismo a los Mormones indice clic aquí
Para ver más artículos en Español, clic aquí
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